Un relevamiento realizado por integrantes de la organización social Barrios de Pie en 107 supermercados del conurbano y la Ciudad de Buenos Aires registró que más de la mitad de los productos esenciales no están en stock efectivo en las góndolas. Los faltantes mayores son de leche y yogurt, que del listado de alimentos eran los más importantes por su valor nutritivo. La leche de la marca Apóstoles sólo fue encontrada en el 20 por ciento de los locales; la de La Martona faltó en el 42 por ciento de los negocios. El yogurt entero sólo apareció en tres de cada diez establecimientos.
Las recorridas fueron realizadas por doscientos encuestadores, entre el 29 de abril y el domingo 5 de mayo. “Elaboramos una metodología y una selección de los negocios a recorrer; luego hicimos una capacitación. Las encuestadoras fueron en su mayoría mujeres. Salieron en parejas, y fue una experiencia bastante desafiante porque, cuando los encargados de seguridad de los supermercados las veían anotando, en muchos casos intentaron que se retiraran. Nos habíamos dado todo un debate sobre qué estrategias darnos para poder hacer el relevamiento, y eso implicó la construcción de una posición desde la que poder decir: tenemos derecho a relevar, a poder ver cuál es el estado de situación”, señaló Lucía Bianchi, que coordinó el trabajo.
El primer dato a tener en cuenta es que si bien el listado es de 64 productos esenciales, remiten en realidad a 24 productos de una variedad de marcas, ya que por ejemplo hay dos marcas de aceite, cuatro de leche y, para los yogures, se listaron como tres productos lo que son tres gustos (vainilla, frutilla y durazno) del mismo alimento.
Barrios de Pie tomó para el control una lista de 32 alimentos, integrantes todos del Programa de Productos Esenciales. Recorrió 107 supermercados para verificar si estaban a la venta a los precios establecidos. En un 52 por ciento de los casos, esos productos no fueron encontrados.
En el rubro de los lácteos detectaron los siguientes faltantes:
La leche Apóstoles entera faltaba en el 80 por ciento de los supermercados. La otra marca de leche de precios esenciales, La Martona, no fue encontrada en más del 42 por ciento de los casos.
El yogurt bebible entero también es muy difícil de encontrar. Había apenas en un 30 por ciento de los negocios. En otro 12 por ciento, por otra parte, había pero a un precio más caro que el anunciado.
Otro faltante alto fue el agua mineral, ya que en más de la mitad de los supermercados no había.
En arroz, el faltante de stock llegó a niveles del 66 y el 62 por ciento en las marcas Primor y Apóstoles.
Los productos esenciales más disponibles fueron las harinas, el azúcar y los fideos, es decir los vinculados a un bajo valor nutricional. Vale recordar que en el programa no están incluidas frutas ni verduras. Y que la carne, que tuvo un acuerdo aparte al de Productos Esenciales, no es la que se vende en supermercados. “Su distribución no llega a la Patagonia; en la Ciudad de Buenos Aires hay sólo cuatro puntos de venta, vinculados a un frigorífico, donde la carne se agota en dos horas. Es tan poco lo que puede aportar que no vale la pena siquiera medirlo”, explicó Bianchi.
Sobre si estos faltantes, especialmente los de lácteos, pueden explicarse por demoras en la puesta en marcha, la dirigente social aseguró que las recorridas fueron hechas a partir del 29 de abril porque esa fue la fecha que la Secretaría de Comercio dio a conocer como el día a partir del que habría abastecimiento, luego de una primera semana del programa en que los supermercados tenían que terminar de aprovisionarse.
Daniel Menéndez, titular de Barrios de Pie, sostuvo que los resultados muestran que el Programa fue “un anuncio claramente apurado por las necesidades electorales de un gobierno que fracasó, una escenificación. Nosotros llamamos que nos convoquen a las organizaciones sociales para fortalecer el esquema de control, porque ante la magnitud de los faltantes es evidente que el monitoreo que está haciendo la Secretaría de Comercio, que fue desmantelada por el propio gobierno, es insuficiente. Sin control, el programa va camino al fracaso”.