Mientras los dirigentes de los equipos protagonistas de la superfinal dejaban de lado los colores para anunciar de forma conjunta los detalles del encuentro entre River Plate y Boca Juniors por la Copa Libertadores, el presidente Mauricio Macri se iba de boca. Tras la polémica por el público visitante, el mandatario redobló la apuesta y, cual hincha colgado de la tribuna, definió al entrenador de River, Marcelo Gallardo, como “un culón”.
El Presi no se priva de nada
Lejos de aportar calma a los encuentros del sábado 10 y 24 de noviembre, Macri lanzó: «Esta vez se nos tiene que dar, este culón de Gallardo. El VAR, el VAR”, en referencia a los fallos arbitrales favorables a River con este nuevo sistema electrónico. Durante su visita a un laboratorio, le preguntó a un grupo de trabajadores si allí eran «mayoría los de Boca».
Antes de que se definieran los finalistas, Macri había anticipado que no quería un superclásico en la definición de la Libertadores porque no iba a poder pensar en otra cosa hasta la terminación del campeonato. «Prefiero que gane un brasileño y no tener esa final porque son tres semanas de no dormir. Es mucho, sabés la presión que va a ser eso», se sinceró en aquel entonces.
Macri desató luego una ola de críticas después de asegurar que los encuentros se jugarían con público visitante, a pesar de que estaba prohibido, pero más tarde tuvo que dar marcha atrás y reconocer que serían los clubes quienes decidirían si los partidos se jugarían o no con visitantes. El presidente de River, Rodolfo Donofrio, el de Boca, Daniel Angelici, y el mismísimo presidente de la AFA, Chiqui Tapia, desmintieron al mandatario y aclararon que los partidos se jugarían sin público para priorizar la seguridad de los espectadores.