El grave problema que tienen actualmente todos los países es el aumento de la siniestralidad en sus vías públicas de los conductores de ciclomotores y motocicletas.
Es preciso, pues, implantar un Programa de Seguridad Vial dirigido a estos usuarios, con dos objetivos muy precisos, dirigidos a que la siniestralidad de las motos se asemeje, de forma progresiva, a la de los turismos: invertir la tendencia al alza del número de muertos y heridos graves de los usuarios de las motos y ciclomotores; y el segundo, conseguir que el número de muertos en vehículos de dos ruedas, inicie un decrecimiento sostenido en el tiempo.
La puesta en marcha del citado Plan, debe ser, ante todo, una visión compartida entre los agentes encargados de la seguridad vial, que entiendan la magnitud y la naturaleza del problema de la siniestralidad de las motos. El sector de los vehículos de dos ruedas debe también aunar los esfuerzos para solucionar este grave problema.
Otro pilar del Plan es la conveniencia de otorgar un tratamiento diferenciado a la carretera y a la zona urbana, ya que los factores de riesgo asociados a cada entorno difieren uno del otro.
Todos los agentes deben tener el convencimiento de que no existen “recetas milagrosas” y de que la solución al problema es ejecutar una serie de medidas de forma coordinada y sostenida en el tiempo, para que puedan verse sus logros y corregir los aspectos negativos de alguna acción puesta en marcha.
Deben todos concienciarse de que un Plan de Seguridad Vial de Motos es el marco de acción común y la herramienta de trabajo que ha de guiar la puesta en práctica de todas esas medidas.
Así mismo, los hechos políticos a la meta-vigilancia liquida, se alardea sin cesar. El botón vigilante con su mirada con anteojeras penetra e integra todo lo que encuentra en su camino para llevarlo a su hacienda. La intimidación psicológica se enfoca en cada entramado del sistema de control naturalizándose. Michel Foucault (Filósofo y Sociólogo.1926-1984) tomó el modelo de Jeremy Bentham diseñado en 1791 para comprender el modus operandi de la vigilancia en la prisión. El Panóptico es una figura arquitectónica que esboza un modelo de cárcel. En la periferia, una construcción en forma de anillo. En el centro se ubica una torre con anchas ventanas que se abren en la cara interior del anillo. Apunta Foucault: “La construcción periférica está dividida en celdas, cada una de las cuales atraviesa toda la anchura de la construcción. Aporta dos ventanas, una que da al interior, correspondiente a las ventanas de la torre, y la otra, que da al exterior, permite que la luz atraviese la celda de una parte a la otra”.
La máxima luz y la mirada permanente de un vigilador da lugar al contexto y describe las variables condicionantes necesarias y suficientes para que la desleal visibilidad se desarrolla cómodamente: el reo (ciudadano común) es visto pero él no ve… Es la vertiente positiva de la información, nunca un activista de la comunicación. Así logra el rédito garantido del orden, no hay amenaza de complot.
Así con sistemas Panóptico permite la disociación entre el “ver” y el “ser” visto. Totalmente visto en el anillo periférico, del monitoreo de patentes sin ver jamás que haya evitado un incidente vial; en tanto quien se ubica en la torre central ve todo, sin ser jamás visto. Usando esa información como más le plazca.
Bio-dispositivos y Dispositivo que automatizan y desindividualiza el poder. Instrumentos de precisión que garantiza esta asimetría, en tanto traicionero e injusto desequilibrio.
La reproducción de una lógica en la que los mismos prisioneros resultan funcionales a un sistema que define las relaciones del poder con la vida cotidiana de los hombres. El hegemón se enaltece en una inverosímil supremacía sobre el otro y statu quo que crece indefinidamente alimentado por la resignación al cambio.
¿Estuvimos o estamos enjaulados de manera consciente los puntanos? ¿En qué momento firmamos el consentimiento y la disponibilidad de nuestra forma de vivir para ser “vigilados” y “castigados?
Focalizamos la inoperancia de una clase dirigente que se montó a los hombros de una ciudadanía expectante.
Una sociedad que debe replantear su capacidad de reacción just and tieme.
La moral no concierne al orden jurídico, sino al fuero interno y personal del individuo.
Para concluir tomaremos lo que el filósofo alemán Emmanuel Kant (1724-1804), en su Crítica de la razón práctica (1788), con la moral, el hombre debe actuar como si fuese libre, aunque no sea posible demostrar teóricamente la existencia de esa libertad.