Expertos y miembros de comunidades indígenas de Guatemala analizarán desde este lunes las formas contemporáneas de racismo contra los pueblos originarios.
El congreso donde se debatirá la temática racista, está organizado por el Instituto de Estudios Interétnicos (IDEI) de la Universidad de San Carlos de Guatemala, tiene como propósito crear espacios para pensar, analizar y dialogar sobre las formas contemporáneas que producen el «racismo colonial blanco-criollo-ladino-mestizo».
Los organizadores del encuentro sostuvieron que se busca generar medidas políticas y artísticas para poner fin al racismo hacia los pueblos originarios de Guatemala.
Juana Sales, coordinadora general del Movimiento de Mujeres Indígenas Tzununija, destacó que este evento pone sobre la mesa la discusión de las lógicas del racismo en Guatemala, un país «donde el Estado (las) ha usado para someter».
«Lo que buscamos es involucrar a más personas», proclamó Sales durante la inauguración del congreso, y añadió que el racismo es un problema histórico que se ha utilizado como herramienta por parte del poder y la clase dominante.
Por su parte, el director del Instituto de Estudios Interétnicos de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Edgar Esquit, agregó que el racismo destruye las relaciones sociales e impide la construcción de una sociedad estable y justa.
En este sentido, aseguró que una discusión como esta aporta a los procesos académicos y políticos para solucionar los problemas que enfrentan los problemas indígenas y la sociedad en general.
Guatemala es un país multicultural compuesto de cuatro grandes culturas: Maya, Xinca, Garífuna y ladina (mestiza), y en su territorio conviven 25 comunidades lingüísticas.
En la nación centroamericana, la población indígena conforma aproximadamente la mitad y se concentra en los departamentos de Totonicapán (98,3 por ciento), Sololá (96,4), Alta Verapaz (92,9), Quiché (88,8), Chimaltenango (79) y Huehuetenango (65,1 por ciento).
Según datos facilitados por Naciones Unidas, se calcula que en la actualidad existen unos 370 millones de personas de diferentes comunidades indígenas repartidos por noventa países alrededor del mundo.