La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, dijo que la actual crisis que atraviesa su gobierno, que se ve reflejada en la baja aprobación de su gestión y de los partidos con representación parlamentaria, es una buena chance para «tomar las riendas y realizar las correcciones de fondo», como hacen «los países serios», y desechó versiones sobre su renuncia.
Para Bachelet «esta crisis es una tremenda oportunidad para que avancemos en aquellos elementos, vacíos legales o fortalecimiento institucional para evitar que este tipo de situaciones se vuelvan a repetir», porque «en el pasado se hicieron correcciones, pero fueron tímidas, no dotaron al sistema de todas las condiciones frente a una situación de esta naturaleza».
La mandataria, que mantuvo un encuentro con corresponsales extranjeros en el Palacio de la Moneda, también señaló que la crisis es una oportunidad para sincerar cosas «como el comportamiento de algunas empresas que tienen cierta práctica o ex parlamentarios que han reconocido que han pedido ayuda a empresas para el financiamiento de su campaña».
«El problema no es que pidan ayuda, porque el Servicio Electoral (Servel) tiene el mecanismo legal para que se realicen los aportes, sino que se están utilizando otros mecanismos», precisó Bachelet.
Durante el contacto con la prensa la mandataria también se refirió a las versiones sobre una posible renuncia a su cargo. «No he pensado en renunciar ni pienso hacerlo, al contrario seguiré trabajando por el país», enfatizó, y destacó que eso que sería un quiebre institucional.
Sobre este punto, manifestó su preocupación en el rol que han tenido los medios de comunicación en el desarrollo de la crisis expresando que «hay decir toda la verdad, pero por lo menos chequear lo que se está diciendo».
La mandataria también se refirió a los hechos de corrupción que tomaron estado público en los últimos meses. «Puede que haya corrupción en el país, pero no es generalizada. No todo el mundo es corrupto. Pero hay una suerte de cultura de la desconfianza, donde para las personas todos son corruptos y eso no es cierto», declaró
Respecto del caso Caval, donde su hijo, Sebastián Dávalos, se vio involucrado en un millonario crédito para la compra de unos terrenos en la localidad de Machalí, la Presidenta dijo que «existe una investigación en curso y de hecho, mi nuera en este momento está declarando y yo llamé a mi hijo y le pregunté si declaraba el miércoles y él me dice que nunca lo citaron. Pero yo prefería pronunciarme una vez que termine la investigación».
Sobre las profundas reformas comprometidas durante su campaña presidencial, Michelle Bachelet no dudó en afirmar que «hay que hacerlas todas, a pesar de los desastres naturales, reconstrucciones pendientes e incendios forestales, las tareas son importantes», y aseguró que «vamos a ir avanzando en asegurar que los acuerdos que hemos tomado con los ciudadanos chilenos los vayamos cumpliendo».
Destacó entre estas reformas la educacional, «porque sus cambios no se van a notar mañana sino más a largo plazo», aunque aclaró que algunos de ellos se notarán el 2016, cuando ya que un porcentaje importante de alumnos tendrá educación gratuita.
En materia de reformas, también habló sobre la nueva Constitución. «Estamos definiendo cuándo lo haremos, cómo le explicaremos a las personas qué significa tener una nueva Constitución. Porque para ellas, para las personas normales es un tema lejano, ya que desde la dictadura, se dejó de hacer educación cívica en los colegios».
«Nosotros queremos hacer un trabajo de participación ciudadana, explicar qué significa, cuál es el grado de comprensión sobre la materia y cuál es el grado de interés que tienen nuestros compatriotas», agregó la mandataria.
En este sentido, señaló que está convencida de que también a partir de los problemas de los últimos tiempos «existe el interés por tener una nueva Carta Fundamental porque también puede ser un elemento que ayudara a generar un cierto acuerdo para recuperar algo esencial, la confianza de la ciudadanía y entonces, puede ser una gran oportunidad».
Sobre la postura de Chile frente al decreto de Estados Unidos que califica a Venezuela como una «amenaza» para su seguridad interior, la mandataria dijo que Chile fue parte de la declaración rechazando ese decreto que hizo la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). «No tenemos un doble discurso, vamos a continuar con la misma postura de decir lo que nos parece pero también vamos a trabajar para acercar las partes».
Por último, la mandataria se refirió a la catástrofe por las inundaciones en el norte del país y precisó que reconstruir las localidades afectadas costará «al menos 1.500 millones de dólares, porque el grupo afectado es mucho más grande que el incendio en Valparaíso y el terremoto del Norte Grande».
Este costo, remarcó, será financiando con los impuestos generados a partir de la Ley del Cobre y con los presupuestos de aquí al 2018.