Los familiares de los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan, encadenados a las nuevas rejas de Plaza de Mayo, reclamaron una reunión con el presidente Mauricio Macri y con el ministro de Defensa Oscar Aguad para que ambos expliquen por qué el Estado todavía no contrató a ninguna empresa para continuar con la búsqueda de la embarcación. Madres, esposas y hermanas de los marinos piden que se acelere la licitación prometida por el gobierno en febrero y denuncian que a casi 8 meses de la desaparición de la nave las autoridades no pueden precisar qué pasó.
“Espero que el señor Presidente se digne a recibirnos. Estamos acá y nos puede mandar a llamar; él sabe lo que necesitamos”, subrayó Zulma, madre de uno de los 44 marinos desaparecidos, quien recordó que Macri “sólo los atendió 45 minutos en enero”. Desde el 1 de abril, luego de que concluyera la colaboración internacional, ya no hay ninguna embarcación en condiciones de encontrar al submarino, desaparecido el 15 de noviembre pasado.
“Exigimos la contratación de una empresa privada que tenga los AUV (vehículos submarinos autónomos, equivalentes a drones submarinos), los únicos en condiciones de encontrar al submarino”, aclaró Fernanda, novia de uno de los tripulantes. La Oficina Nacional de Contrataciones, preadjudicó a la compañía española Igiotest Geosciences la búsqueda del submarino pero la adjudicación quedó en suspenso por razones burocráticas. “Macri y Aguad nos prometieron buscarlo pero no han tomado las medidas para hacerlo”, puntualizó Fernanda.
La firma española fue elegida el 1 de junio “por ajustarse técnicamente a lo requerido (…) y su precio resultar conveniente», según el Dictamen de Evaluación de Ofertas. 72 horas después, esa preadjudicación se hubiese convertido en una adjudicación formal, permitiendo que se iniciara la búsqueda, pero no s e completó el trámite. En ese momento, inclusive se había acordardo que el barco que llevaría los equipos al Atlántico Sur sería uno de la Armada, el ARA Austral, dado que había quedado vacante la contratación de una nave para transporte tras el rechazo de ocho ofertas por parte de los técnicos.
El submarino ARA San Juan perdió contacto el 15 de noviembre de 2017, cuando navegaba desde Ushuaia rumbo a Mar del Plata. El último contacto fue a la altura de la costa de Chubut. En el submarino había una tripulación de 44 personas. Un organismo internacional detectó una explosión submarina en esa zona el día de la desaparición. Varios barcos de procedencia internacional colaboraron en la búsqueda entre fines de 2017 y comienzos de este año, con resultado infructuoso.
El caso disparó críticas al gobierno nacional y al ministro de Defensa por las condiciones de mantenimiento del ARA San Juan y por el hermetismo de la Armada a la hora de dar detalles sobre la misión del submarino. El titular de Defensa tuvo tensos encuentros con los familiares de la tripulación en la Base Nave de Mar del Plata. La relación se complicó aún más una vez iniciada la Comisión Bicameral investigadora, en la que los familiares cruzaron directamente a Aguad.
«Lo tuve cara a cara y le pedí que pidiera disculpas por haber dicho que el submarino era un `ataúd de acero´. Primero lo negó, cuando le hicimos escuchar su voz, pidió disculpas», relató Jaqueline, hermana de otro de los tripulantes encadenada en la Plaza. «Dijo que no le perjudicaba en nada que nos quedáramos. No le afecta que estemos tomando frÍo, pareciera que no tiene corazón ese hombre», denunció.