En un escenario de aceleración de la inflación, el Banco Central decidió el lunes mantener la tasa de interés de política monetaria en 27,25 por ciento anual. El organismo que conduce Federico Sturzenegger da por ciertas las estimaciones privadas de un recalentamiento de precios y reconoce además que debió intervenir en el mercado cambiario para evitar que un aumento en la cotización del dólar no genere más inflación. “Una depreciación mayor a la ya ocurrida no estaría justificada ni por impactos económicos reales ni por el curso planeado de su política monetaria y que, de no evitarse, tendría el potencial de ralentizar el proceso de desinflación”, destaca el comunicado del Central. Hoy la divisa al público aumentó en siete centavos a 20,61 pesos, luego de cuatro bajas consecutivas producto de sendas intervenciones del organismo. El BCRA admite también que la inflación núcleo –de entre 16,9 a 17,1 por ciento—se explica por los tarifazos de servicios regulados.
El movimiento del Central estaba descontado en el mercado, pero eso no impidió otra jornada de tensión cambiaria a la espera de los resultados de la reunión de directorio. Si bien no fue inesperada la decisión de mantener la tasa de interés rectora en niveles altos para contener la inflación, el comunicado es bastante elocuente en cuanto al impacto de la devaluación en los precios internos, aunque el resto del equipo económico de Cambiemos intente minimizarlo, y la intensificada demanda privada por dólares que lo obliga a intervenir. En los últimos siete días la autoridad monetaria debió sacrificar 522,15 millones de dólares para suplementar a la oferta.