San Luis (LaNoticia) 09-02-18. Comenzaron a demoler una parte cara a la historia arquitectónica de Justo Daract.
La gestión municipal que encabeza Juan José Baggini está demostrando que no escucha a los vecinos en su afán de destruir el patrimonio arquitectónico de la ciudad y a pesar de la indignación que causó la medida en gran parte de los daractenses, ayer comenzaron la demolición de lo que alguna vez fue la confitería de la terminal de ómnibus de Justo Daract, edificio que tenía la forma de una calesita, puesto que en el lugar en donde se construyó era un terreno que se alquilaba a circos que pasaban por allí y la gran mayoría de ellos tenía una calesita en sus instalaciones.
Según afirma el ciudadano daractense Mario Bravo en las redes sociales, se siente “muy molesto” por la medida de Baggini, porque ese edificio que hoy están demoliendo es “caro a la sensibilidad de los Daractenses. Costó mucho hacerla construir en ese lugar. Porque se empezó a construir al frente, rompiendo nuestra plaza. Fue una pelea y un costoso trabajo. Porque donde están los terrenos, tenían dueño y en la plaza evitaban ese costo. Queremos sobremanera un lugar para la cultura, pero sin destruir nuestra memoria”.
Por su parte, bajo el título “¡Adiós calesita!” el fotógrafo daractense José Morales compartió en la red social Facebook las imágenes que compartimos en esta nota, mostrando algo de nostalgia por lo que está ocurriendo.
¿Y los concejales? ¿Y los políticos? ¿Y Candela?
Si gran parte de los daractenses se están mostrando indignados por la destrucción del patrimonio cultural arquitectónico de su ciudad, es muy llamativo que los concejales de Justo Daract no estén entre esos vecinos.
Desde el Concejo Deliberante de Justo Daract, no se ha emitido ningún tipo de comunicado de prensa fijando su posición ante la polémica destrucción que lleva adelante el Ejecutivo, pero tampoco han fijado posición -ni a favor ni en contra- los concejales individualmente. Hasta el momento, una fuente cercana al Concejo habría dicho que el Concejo no fue notificado oficialmente por el Ejecutivo municipal sobre la firma de convenios ni inicio de obra ni tampoco han sido consultados de ninguna forma sobre la conveniencia de la ejecución de la obra.
Otro hecho llamativo, es que tampoco hay fijada posición ni en el Ejecutivo provincial ni de diputados provinciales -ni oficialistas ni opositores ni opoficialistas- y mucho menos desde los partidos políticos de San Luis.
Al parecer, que una gestión municipal decida demoler un patrimonio cultural arquitectónico de una ciudad, no es algo que les interese a los políticos y funcionarios.
Carlos Rubén Capella
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