Este domingo se conmemoró el undécimo aniversario de la primera elección como presidente del líder ecuatoriano Rafael Correa.
En la celebración de la segunda vuelta de esas elecciones, el 26 de noviembre de 2006, Correa resultó electo con un 56,67 por ciento de los votos válidos.
A 11 años de esa primera victoria, y circunstancia que coincide con el retorno del líder a Ecuador, ofrecemos un análisis de los últimos eventos ocurridos tras la puesta en duda de la continuidad de la Revolución Ciudadana, proyecto político fundado por el expresidente para la construcción de una sociedad más justa.
¿Continuidad de la Revolución Ciudadana?
Han transcurrido meses desde la elección de Lenín Moreno como presidente de Ecuador y sucesor de la Revolución Ciudadana, en los que se han suscitado a lo interno del partido y plataforma política Alianza PAIS (AP), fricciones entre los dos actores que actualmente se disputan el liderazgo político del país.
El pasado viernes el exmandatario arribó a Ecuador para participar en un encuentro nacional de su partido político (AP). En declaraciones, el dirigente refirió que existe una «contrarrevolución desde nuestras propias entrañas» que busca perjudicar la continuidad del proceso revolucionario.
«No queremos que la Revolución Ciudadana sea parte del pasado, somos parte del futuro, seguiremos construyendo esta revolución para el bien común, para la justicia», destacó.
Estas declaraciones se suman a una larga rehatíla de comentarios que ambos dirigentes han intercambiado durante los últimos meses.
El jefe de Gobierno sostiene que durante la gestión de Correa se incurrió en graves hechos de corrupción, se alcanzó una «deuda histórica en el país» y se pretendió perpetuar el autoritarismo a través de la ley de reelección indefinida.
¿Qué hay detrás del distanciamiento de Moreno?

La socióloga y analista política, Carol Murillo, sostuvo que el distanciamiento de Lenín Moreno tiene entre sus intenciones «inhabilitar al líder del mayor proyecto político que ha tenido el país en el siglo XXI» para detener la Revolución Ciudadana.
La especialista aseguró que lo que se está viendo en Ecuador tiene relación con un plan para acabar con las ideas de progresismo en América Latina.
Explicó que por medio de una serie de medidas tomadas en el terreno político y económico se ha pretendido cambiar el rumbo de este proyecto político, buscando beneficiar a «sectores económicos (como el bancario) que durante años perdieron poder sobre la administración del Estado ecuatoriano».
Asimismo, Murillo reflexionó que estas medidas y decisiones anunciadas por Moreno «constituyen un retroceso para el país».
«El gobierno ha construido una narrativa de que el país está en una crisis cuando ésto no es así. Ecuador no es ajena a las crisis mundiales, pero no estamos en una crisis que altere las circunstancias de la mayoría de la población ecuatoriana», señaló.
Agregó que «el presidente Moreno ha logrado construir un discurso demagógico para legitimarse y llegar a una mayor cantidad de personas», reflexionó.
De cara al proceso consultivo que propuesto por el mandatario, la especialista opinó que se trata de una consulta popular que tiene «intenciones ocultas».
Afirmó que es una consulta que busca «pacificar políticamente al país, darle legitimidad al gobierno para establecer un escenario político favorable en la consulta popular pero esconde intenciones económicas y políticas que solo se esclarecerán más adelante».
El propósito del referendo popular, aseguró, es disminuir la influencia de Rafael Correa en la política nacional.