Kit, the fantastic car o el auto fantástico, fue una serie de televisión estadounidense que mostraba a un poderoso vehículo que podía hacer todo lo que el conductor le pedía y mucho más. Pero eso era del área de la ciencia a ficción; el auto mágico, perfecto e irrompible todavía no existe.
Sin embargo, las publicidades exageran las virtudes de los automóviles para cautivar a los clientes, quienes caen en la trampa pensando que el nuevo modelo puede hacer milagros.
Esas máquinas que presentan en televisión parecen no tener límites y soportar todo lo que se les cruza en el camino.
Pero según lo que nuestra área de investigación del Clases de Manejo “San José” –clic acá para visitarnos en Facebook– muestra que no todo es posible hacer con el auto.
A tal efecto, por ejemplo, consideraremos que en la situación previa a un momento de tensión o un inminente siniestro por colisión, el conductor suele pedirle al vehículo lo que no le ha pedido nunca desde el momento en que fue construido, y lo más peligroso es que desconoce cuál será el comportamiento ante este tipo de exigencias.
Golpes de Volantes que se convierten en trompos de alto riesgo, ingresos a banquinas que culminan en vuelcos, frenadas que inhabilitan al conductor a realizar maniobras de esquive y que conducen de forma inevitable al punto de impacto, son algunas de las situaciones más comunes reflejadas a partir de nuestras investigaciones.
Lo cierto es que el único elemento con el que cuenta el automóvil para transmitir las intenciones de su conductor al asfalto de la ruta son los neumáticos.
Sendos pequeños elementos de caucho y sílice, de no más de 28 cm cuadrados, trabajando simultáneamente y en red, cada uno en su superficie, transmiten todos los esfuerzos, abusos, usos y exigencias, ordenados desde el volante, el acelerador y el freno por parte del conductor a la ruta.
Desde Místico Henry Ford con el legendario Ford T hasta el vehículo más sofisticado de estos tiempos, no han encontrado otra solución tecnológica para transmitir los esfuerzos dinámicos de velocidad, aceleración y giros que se generan en las diferentes maniobras.
Aunque la composición del neumático ha cambiado, intuitivamente uno tiene la sensación de que este elemento es muy insignificante ante los esfuerzos por transmitir.
A diario nos damos cuenta que pueden ser ampliamente superados si uno desconoce el límite para una conducción segura.
Ahora bien, contextualicemos, que si pensamos que a estas acciones el conductor las realiza en muy pocas oportunidades y por ende su nivel de entrenamiento y automatización son bastante bajos.
Habitualmente, maniobras equivocadas generan una transferencia de cargas muy importante sobre uno o desde los neumáticos del vehículo que superan ampliamente el límite de adherencia que éstos podrían soportar produciendo como consecuencia que el mismo no frene ni doble correctamente y en situaciones extremas hasta despiste, producto de la pérdida total de control o trompo debido a la diferencia de adherencia de un neumático con respecto al otro. En dichos cursos de manejo proporcionados por Clases de Manejo “San Jose”, el conductor concurre con sus saberes, mal adquiridos en la calle y se da cuenta que la mayoría son habladurías o charlas de amigos sin fundamento.
Esto últimos se encuentra en estudios y casuística de campo realizados por Clases de Manejo San José con millares de conductores que han asistidos a cursos de manejo brindados. Esto nos ha permitido conocer cómo reaccionan habitualmente estos conductores ante situaciones imprevistas.
La mayor cantidad de errores en cuanto a la ejecución de determinadas maniobras tiene que ver con la interacción que realiza el conductor al bajar bruscamente la velocidad por acción del frenado y simultáneamente realizar una maniobra de esquive
Para ir concluyendo, no esforzamos una y otra vez el conductor realiza cada una de las pruebas con el asesoramiento del cuerpo de instructores, hasta lograr un resultado exitoso que le permita tener un cierto hándicap ante la eventualidad de tener que afrontar una situación de riesgo y la posibilidad de un accidente.
El conocer íntimamente su automóvil y el límite que éste naturalmente posee ante una maniobra exigida, junto al entrenamiento del conductor para que genere una respuesta efectiva en las situaciones más comunes que se presentan en los accidentes de tránsito, ayudará a que se transite en un estilo de conducción seguro y eficaz. Con la convicción que sólo la educación y formación desarrolla la conciencia por la Seguridad Vial.