San Luis (LaNoticia) 06-12-16. El hombre está `preocupado´ por los derechos humanos de la dama, pero…
Gran polémica nacional despertó el deseo mediático del gobernador Alberto Rodríguez Saá de pasar la Noche Buena y Navidad con Milagro Sala en Jujuy donde está detenida. Seguramente ese deseo `despertó´ para dar vuelta el ninguneo de los medios nacionales hacia su figura para que hablen de él, sin importar si bien o mal, pero que hablen.
La población está dividida entre quienes piensan a Milagro Sala como una persona que cometió delitos y por ende debe estar presa; y aquellos que la consideran una presa política. Cabe aclarar que si vamos a llevar a prisión a quienes los argentinos `pensemos´ como delincuente, la tan cuestionada inquisición, está a la vuelta de la esquina. Simplemente porque debe ser la Justicia, con todas las garantías constitucionales y la Defensa en Juicio, además de las pruebas fehacientes e inobjetables, la que debe determinar la culpabilidad o no de los ciudadanos, mientras eso no ocurra, “somos todos inocentes hasta que se nos demuestre lo contrario en un juicio justo”, nos garantiza la Constitución aunque los hombres no la cumplan.
Así las cosas, para el gobernador de San Luis, Sala es una presa política y es por ello que señaló su deseo de pasar las fiestas con ella, pero…
Siempre va a haber un pero; y en este caso es porque Alberto Rodríguez Saá tiene en su propia provincia un preso político, y esto sin hablar de la gran cantidad de procesados y condenados sin pruebas fehacientes, lo que habla de una Justicia Penal diabólica en su propia Provincia, sin que a él se le mueva uno solo de los pelos que se les están moviendo por Sala.
Diego Lorenzetti, intendente suspendido de La Calera, está procesado con prisión preventiva por el asesinato de su esposa, en las mismas condiciones que Milagro Sala, sin una sola prueba fehaciente en su contra, simplemente porque es rival político de los hermanos Leyes, quienes son del riñón político de los Rodríguez Saá; y les quitó el poder monopólico que mantuvieron durante más de 30 años. Y esto hay que decirlo, porque callarlo es convertirse en cómplices de la decisión política de mantener en prisión a Lorenzetti sin prueba alguna.
Lo único que tiene la (In)Justicia Penal de la Provincia que gobierna Rodríguez Saá contra Lorenzetti, es la declaración indagatoria de alguien que se inculpó en el hecho, cuando todos sabemos que la indagatoria se toma sin juramento del indagado, porque nadie puede declarar en su contra, y por lo tanto donde el indagado puede mentir todo lo que se le antoje sin que esto se le vuelva en su contra. Señores, no hay nada más, lo demás son pamplinas, mensajes de texto que fueron `interpretados´ muy subjetivamente por la investigación policial. Prueba concreta, ninguna.
Todavía resuenan las palabras que el senador nacional Adolfo Rodríguez Saá dio a la prensa nacional al otro día de ocurrido el hecho, cuando habló de que habría deudas de juego en carreras de caballos. Hasta el momento, nada sobre ese tema se volcó en el expediente, con lo cual es más evidente todavía que ya se había decidido políticamente la suerte que iba a correr Diego Lorenzetti. Luego cuando Alberto Rodríguez Saá como gobernador visitó La Calera, cuando dijo “el sospechoso está preso” sellando definitivamente la suerte de Lorenzetti.
Es malo, muy malo, mirar la paja en el ojo ajeno, sin ver la viga en el propio, y eso está pasando en San Luis.
Carlos Rubén Capella
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