Dejar pasar situaciones y mirar para otro lado, en un largo plazo resulta una conducta letal para cualquier sociedad. Ser mero espectador de la realidad sin actuar puede transformarnos en cómplices del abandono, de la violencia y de la pobreza estructural que cada vez es más grande.
Cuando en San Luis se anuncian cosas desde el Gobierno Provincial, están todos pendientes para ver si algo de lo propuesto ayuda individualmente a mejorar un poco. Pero cuando el anuncio no se cumple o no favorece en lo particular, la atención se desvía y se le suma el silencio.
Así se creó una Secretaria de la Mujer que solo ha mostrado como gestión, en tres años, un encuentro denominado el “Mujerazo”, nada se sabe de la contención a víctimas de violencia o de la articulación con la justicia y la salud.
También fue de mucho interés la creación de escuelas generativas para nuestros chicos y estuvimos muy atentos. Pero hoy no llama la atención la situación de precarización laboral de los docentes de esas escuelas y que necesariamente repercute en la posibilidad de acceso a la educación de niños y adolescentes fundamentalmente en el interior de San Luis.
Se presentó un Gobierno provincial que iba a responder a las necesidades de hasta el último paraje, y aplaudíamos y celebrábamos. Hoy se discriminan municipios, se reparten los recursos arbitrariamente y la desigualdad crece.
Así se podría enumerar mucho más y la sociedad de San Luis sabe lo que significa la promesa no cumplida.
En ciertos momentos ser indiferente con lo que pasa quita la posibilidad de crecer, de mejorar y de construir un destino.
El Gobierno Provincial corre con ventaja para hacer lo que se le viene en ganas porque cuenta fundamentalmente con la indiferencia de la oposición que está muy ocupada en ver cómo no pierde el morral. Y si la sociedad no marca el paso, con buena o mala intención quien gobierna seguirá decidiendo el futuro de todos sin mayores cuestionamientos o aportes.