Los científicos Santiago Olszevicki y Nicolás Olszevicki, que pusieron al alcance de todos los datos sobre la pandemia de coronavirus, publicaron un exhaustivo hilo de Twitter pronosticando, de acuerdo a lo que pasó en otros países, lo que puede ocurrir en Argentina cuando la variante Delta se convierta en dominante.
Dos investigadores argentinos publicaron en Twitter un detallado análisis sobre lo que podría ocurrir en el país cuando la variante Delta se convierta en predominante. Para ello, observaron lo que pasó en otros países en los que esta variante ya circula de forma mayoritaria. La clave, concluyeron, es la vacunación.
Se trata de Santiago Olszevicki, bioquímico de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y analista de datos, y Nicolás Olszevicki, doctor en Letras de la UBA, doctorando en Epistemología e Historia de la Ciencia en la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) y profesor en la carrera de Comunicación en la Universidad Nacional de General Sarmiento.
Según señalaron los investigadores, la variante Delta se volvió mayoritaria en Reino Unido cuando el 58% de la población estaba vacunada con una dosis y el 38% con dos. El impacto en el número de muertes, gracias a ese nivel de inmunización (que ahora creció significativamente), está siendo muy limitado. En Argentina, donde todavía Delta no predomina, el 61,7% de la población fue inoculada con una dosis y el 32,6 % con dos. ¿Qué podría ocurrir entonces si esta variante lograra expandirse lo suficiente?
«Tratamos de hacer una síntesis para ayudar a transitar lo que se viene con un poco más de calma. ¿Qué nos enseña el mundo?», plantearon los investigadores para dar inicio a un extenso hilo de Twitter que acompañaron con distintos gráficos que permiten mostrar la información con mayor claridad.
La variante Delta, recordaron, es la más contagiosa detectada hasta ahora. «Donde llega, desplaza a las demás, aunque todavía este proceso parece demorado en Latinoamérica», explicaron.
Si esta variante hubiera llegado a Argentina a principios de 2021, el país habría enfrentado una «catástrofe total», consideraron los Olszevicki. Sin embargo, «hay una diferencia clave entre 2020 y hoy: tenemos vacunas», destacaron.
El problema, continuaron, es que «parte del pánico generado por Delta viene justamente de la pérdida de efectividad». «Hoy hay pocas dudas de que las vacunas pierden efectividad para prevenir infección y enfermedad sintomática contra Delta», afirmaron.
Esta pérdida es la que que se observa en el gráfico de la izquierda (abajo). «Pero, ¿es el dato a observar con mayor atención ahora?», se preguntaron.«En nuestra opinión, no. Hay que mirar el gráfico de la derecha: la efectividad contra hospitalización (y muertes, que es muy parecida) se conserva«, remarcaron.
Las vacunas existentes contra el coronavirus no son tan efectivas para lograr que el virus no entre pero sí para que no se reproduzca lo suficiente como para desarrollar enfermedad, particularmente en sus formas graves.
Por eso, indicaron los investigadores, «lo esperable es que si el virus es más contagiante y logra entrar en el cuerpo post-vacuna, la enfermedad pueda desarrollarse igual pero sea leve, porque la inmunidad ya estaba preparada».
Si bien existe un grupo de personas que no tienen buena respuesta a la vacuna y que podrían terminar hospitalizados, es un porcentaje «muy menor» entre los vacunados, destacaron los Olszevicki.
Por eso, la defensa contra muerte y hospitalización «es lo más importante», ya que «sabemos que el virus no desaparecerá al menos en el corto plazo», dado que «haría falta un esfuerzo simultáneo y mancomunado mundial insostenible». Especialmente, si se tiene en cuenta que hay países que están dando terceras dosis mientras que otros no recibieron vacunas ni para el 10 % de su población y que es un virus que infecta a varias especies animales.
Por eso, lo que habría que empezar a ver es qué pasa con esta circulación en países más o menos protegidos por las vacunas, propusieron los investigadores en el hilo de Twitter. «Y acá empieza lo que vemos como auspicioso para Argentina, comparando con otros países que encararon sus olas de Delta con muchos vacunados».
En Reino Unido, por ejemplo, Delta es mayoritaria desde finales de mayo. Desde entonces, hubo 4654 muertes, el equivalente a cuatro días de la ola anterior. «En su primera ola, Reino Unido tuvo 41.274 muertos en 180 días (229 promedio por día). Hubo 33.850 en la segunda (156 días, 217 por día), 52.908 en la tercera por Alpha (147 días, 360 por día) y 4.654 en la Delta (90 días, 52 por día). ¿La diferencia? Las vacunas«, afirmaron.
El caso de Reino Unido, señalaron, no es excepcional. Para demostrarlo, publicaron distintos gráficos donde se puede observar el impacto de Delta en varios países europeos o incluso en estados con alta tasa de vacunación en EEUU, lugares donde «se ve lo mismo» que en Reino Unido.
Sin embargo, el ejemplo de Reino Unido resulta particularmente interesante para la comparación, porque «Argentina se inspiró en su estrategia de vacunación, que priorizó inocular a más personas con la primera dosis y demorar la aplicación de la segunda. Con el tiempo, se fue demostrando que es una «táctica mejor que la de dar la segunda dosis a los 20 días (al menos en vacunas adenovirales y de ARN)», explicaron.
La curva de hospitalizaciones y muertes, puntualizaron en ese sentido, se aplasta porque todas las vacunas siguen siendo extraordinarias para prevenir cursos graves de la enfermedad.
«Todas, sí. También la vacuna monodosis de Johnson&Johnson, prácticamente idéntica al primer componente de Sputnik», aclararon. Un señalamiento particularmente importante para la Argentina, donde existe una ofensiva mediática destinada a angustiar a los vacunados con Sputnik V que aún no recibieron la seguna dosis.
Entonces: ¿Dónde es devastadora la Delta? «A esta altura no hay demasiadas dudas: donde había pocos vacunados cuando entró», advirtieron los especialistas.
«Hay que fijarse que a diferencia de los países que mostramos arriba, donde la curva de casos y la de muertes se desacoplan, acá van de la mano», contrastaron con ejemplos como Rusia o Indonesia entre otros.
Por el momento, el único caso que parece escapar de esta lógica, en parte, es el de Israel, «sobre el que tendremos que indagar un poco más en otro momento», reconocieron. Lo cierto es que aun en Israel, «la ola de Delta en muertos está muy por detrás de la de Alpha, con más movilidad», adelantaron.
En ese sentido, explicaron que otro punto a tener en cuenta para analizar Delta es que «las olas se dan en todos los países con mucha más movilidad (y, es de suponer, muchas menos restricciones y cuidados), que olas anteriores». El movimiento en Reino Unido, por ejemplo, es el máximo desde que empezó la pandemia.
Volviendo a la importancia de la inmunización, insistieron con un dato esclarecedor: tanto en los lugares más vacunados como en los menos, el grueso de las hospitalizaciones y muertes son entre no vacunados.
«Digámoslo claro: si todos los que tuvieron acceso a vacunarse en Reino Unido o Francia se hubiesen vacunado, la curva roja de abajo se vería aún más plana», opinaron.
En Francia, entre el 9 y el 15 de agosto, ya en plena ola Delta, el 78% de las muertes y el 79% de las hospitalizaciones fueron entre no vacunados. Lo mismo ocurrió en Los Angeles, Estados Unidos.
La pregunta clave, entonces, es cómo recibe Argentina a Delta. «¿Más parecido a Reino, Francia y Noruega o a Ucrania y Rusia? Sin dudas, a Reino Unido, Francia y Noruega», consideraron los Olszevicki, ya que «tiene a todos los grupos etarios de más riesgo, a partir de los 40 años, con alrededor del 90% de cobertura con al menos una dosis con vacunas que son muy eficaces para muertes y hospitalizaciones (incluso con una dosis)».
Entre los mayores de 50, que representan más del 90% de todas las muertes por coronavirus en Argentina, «el 70% ya recibió las dos dosis, y se está avanzando muy rápido en completar esquemas», celebraron.
Actualmente, «Argentina está ya con una dosis más vacunada que lo que estaban Reino Unido, Francia, Italia o Alemania cuando la Delta representó el 50% de los casos».
Y todavía tenemos tiempo para que la vacunación siga avanzando, subrayaron.
Si Delta va a predominar, concluyeron, lo esperable, por todos los datos previamente señalados, «sería que una nueva ola venga con muchos casos y relativamente pocas hospitalizaciones y muertes, particularmente entre vacunados. Por eso es tan importante que todos se vacunen».