El presidente Alberto Fernández presentó el anunciado proyecto de reforma judicial, que en su punto central plantea la creación de un nuevo fuero Federal Penal a partir de la unificación del actual fuero Federal con el Penal Económico, que prevé la creación de 23 nuevos juzgados. El objetivo es que la enorme influencia que ejercieron durante estos años los 12 jueces federales se vea diluida en el mayor número y el consecuente reparto de causas. El Presidente se mostró en el acto junto a los integrantes del Consejo Consultivo para el Fortalecimiento del Poder Judicial y del Ministerio Público que trabajarán durante 90 días para elevarle propuestas sobre cómo mejorar el funcionamiento de la Justicia, empezando por la Corte Suprema. «El poder de la justicia debe estar en manos de personas dignas que no sean permeables a ningún tipo de presión», expresó Fernández en la presentación.
En su mensaje, el Presidente siguió el derrotero de la justicia a lo largo de la historia para marcar cómo el poder político había ido ganando influencia. Marcó como hitos el Juicio a las Juntas durante el alfonsinismo, la renovación de la Corte de la «mayoría automática» en 2003 con la llegada de Néstor Kirchner y las decisiones modernizadoras que adoptó en su gestión Cristina Kirchner. En cambio, consideró que los años de Mauricio Macri «estuvieron signados por medidas que afectaron las reglas de imparcialidad que deben gobernar la acción judicial en un Estado de Derecho».
«Nadie puede sorprenderse por lo que estamos haciendo», advirtió el Presidente, al recordar que es un tema que viene hablando desde la campaña, por lo que fue refrendado por la gente al elegirlo. También recordó sus palabras en la última apertura de sesiones para afirmar «nunca más a una política que judicializa los disensos para eliminar el adversario de turno». Y recalcó: «Busco hacer la República que todos declaman, pero que algunos humillaron».
Del encuentro realizado en el Salón Blanco no participaron los jefes de los bloques de Juntos por el Cambio, la principal fuerza opositora que anticipó el rechazo al proyecto aún antes de conocerlo argumentando su oposición al aumento del número de los miembros de la Corte Suprema. Pero esa posibilidad no está incluida en la reforma, sino que en todo caso quedará para el estudio del Consejo Consultivo. La única integrante de la Corte que estuvo en la Casa Rosada fue Elena Highton de Nolasco. Hubo diputados y senadores oficialistas y de otros bloques opositores, integrantes del Consejo de la Magistratura y decanos de facultades, algunos de ellos participaron de manera virtual a través de las pantallas ubicadas en el mismo salón.
En la tarima junto al Presidente estuvieron el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, la ministra de Justicia, Marcela Losardo, y los integrantes del Consejo Consultivo con el ex ministro Leon Arslanian y la jueza de la Corte bonaerense Hilda Kogan ubicados en primer término. Más atrás se sentó Carlos Beraldi, reconocido penalista y abogado de Cristina Kirchner. La vicepresidenta estaba invitada pero avisó que no asistiría.
Más juzgados
Losardo, quien desde hace años trabaja junto al Presidente, fue una de las que colaboró en el proyecto de reforma. También lo hicieron el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, y la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, pero el Presidente siempre se guardó la última palabra. Incluso en la preparación del discurso que redactó por la mañana en Olivos hasta poco antes de salir manejando su propio auto hacia la Casa Rosada. «Desde mi adolescencia cultivé mi amor por el derecho», fue su primera frase. Recordó a su padre juez y mencionó al fallecido ex procurador Esteban Righi como su amigo y maestro.
En sus puntos básicos, la reforma que el Gobierno enviará hoy al Congreso establece:
- La creación de la justicia Federal Penal con asiento en CABA, mediante la unificación de los fueros Criminal y Correccional Federal y Penal Económico. Cada uno de esos tribunales pasarán a actuar con una de las dos secretarías que actualmente tienen. La restante se convertirá en secretaría de 23 nuevos tribunales que se sumarán para acabar de conformar el fuero.
- Para que el nuevo fuero Federal Penal comience a funcionar cuanto antes prevé un sistema de subrogancias de jueces por un año, proceso en el que intervendrán la Cámara de Casación, el Consejo de la Magistratura y el Senado con el objetivo de darle la mayor transparencia a las designaciones.
- Contempla la unificación plena de la materia Civil y Comercial Federal con la que es propia del Contencioso Administrativo para evitar que sigan los conflictos de competencia entre ambos fueros.
- Retoma el proyecto del macrismo denominado «Justicia 2020» en la búsqueda de fortalecer la justicia federal en el interior con la creación de nuevos juzgados.
- El último capítulo de la reforma detalla las «reglas de actuación» para jueces y juezas federales que estaban incluídos en una ley de 2015 que Macri suspendió por decreto. Básicamente, se trata de reglas que garantizan la igualdad en el trato de las partes y la independencia de criterio para la toma de decisiones.
Al término del acto, el Presidente mantuvo un encuentro con los miembros del Consejo Consultivo que hoy será creado mediante decreto. «He recurrido a juristas de reconocimiento técnico indiscutido», los definió en su mensaje. Adelantó que los consejeros -que trabajarán ad honorem- tendrán plena autonomía y libertad para recomendarle lo que consideren conveniente para mejorar el funcionamiento de la Justicia.
«Es hora de tener una justicia proba que solo esté atenta a respetar y hacer respetar las reglas del Estado de Derecho. Una justicia sobre la que no influyan los poderes mediáticos, los poderes fácticos ni los poderes políticos. Si lo logramos, habremos fortalecido esta democracia que tantas deudas tiene para con los argentinos y las argentinas», definió el Presidente su reforma.