Según Jeremy Farrar es posible que la vuelta a la normalidad, a «cierta normalidad», llegue a mediados de 2021, cuando el 20% o el 30% de la población haya sido vacunada. El único camino para salir de esta crisis, sostiene, es «vacunar a unas pocas personas en cada país y no a todas en unos pocos países».
Farrar, director de Wellcome Trust, una organización benéfica con sede en Londres, que destina 30.000 millones de euros a financiar investigaciones científicas, fue uno de los primeros en alertar sobre las neumonías que comenzaban a ser detectadas en la ciudad china de Wuhan el año pasado.
“Cualquier cúmulo de infecciones respiratorias graves es realmente preocupante”, advirtió en Twitter el 31 de diciembre de 2019, mientras la humanidad se preparaba para celebrar el año nuevo.
Farrar presentía que podía ocurrir lo que efectivamente ocurrió. Llevaba años intentando preparar a la humanidad frente a una futura pandemia letal. El 22 de diciembre de 2019, tras el éxito de una vacuna contra el ébola cofinanciada por su institución, Farrar declaró: “Podemos vencer al ébola, pero debemos prepararnos para lo que vendrá después”.
En 2017, el equipo de Farrar promovió la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI), una entidad creada para acelerar las soluciones frente a las pestes emergentes. El 23 de enero de este mismo año comenzaron a financiar tres vacunas experimentales contra la covid-19. Hoy ya son nueve, incluyendo la de la Universidad de Oxford, una de las más adelantadas.
La Wellcome Trust también está detrás del Acelerador ACT, una iniciativa liderada por la Organización Mundial de la Salud para impulsar vacunas y tratamientos contra el coronavirus.
¿Se volverá a la normalidad?
Según Farrar, «no hay un final definitivo» para la pandemia, ya que como es una «infección humana endémica» seguirá en la población «en los próximos años y quizá para siempre».
Lo que «tenemos que aprender«, mediante tratamientos y vacunas, es «a controlarla, reducir su impacto y vivir con ella, como hacemos con la gripe, con otros coronavirus o con el VIH», explicó el especialista en una entrevista.
Esto no significa, aclaró, que no se pueda volver a una vida normal. «Hemos aprendido a vivir con el VIH. La gente ha adaptado su comportamiento y hemos desarrollado fármacos antivirales, pero el VIH todavía circula en la sociedad. Lo mismo puede ocurrir con la covid», comparó.
«Desarrollaremos métodos de diagnóstico y tratamientos, salvaremos vidas y tendremos una vacuna, pero seguirá circulando en la sociedad. Volveremos a tener una buena vida y regresaremos a la normalidad«, aseguró, aunque aclaró que esa normalidad podrá parecer «un poco diferente a como era antes de la covid».
La vuelta a esa normalidad, señaló Farrar, dependerá del desarrollo de fármacos y vacunas, acerca de lo cual se mostró optimista: «Creo que tendremos resultados en noviembre y diciembre de este año y tendremos buenas vacunas en 2021, que podrán estar disponibles para todo aquel que las necesite en todo el mundo», expresó.
Vacunar a pocas personas en todos los países
La mejor estrategia para lograr una inmunidad que permita volver a cierta normalidad, consideró, consiste en «vacunar a unas pocas personas en cada país, no a todas en unos pocos países».
«La razón por la que es tan importante vacunar a algunas personas en todos los países —en lugar de a todas las personas en un solo país— es que necesitamos que la economía funcione de nuevo. Necesitamos los colegios, para que los niños tengan oportunidades en el futuro. Necesitamos las universidades y las empresas volviendo al trabajo. Y la manera más rápida de lograrlo es vacunar a las personas con mayor riesgo de cada país«, explicó, en alusión a la necesidad de vacunar a los trabajadores de la salud, las personas mayores y las personas con otras enfermedades.
«Si vacunas a estas personas en todos los países, reducirás la transmisión, salvarás vidas y conseguirás que la economía vuelva a funcionar», insistió.
Si un país, en cambio, decide vacunar solamente a sus ciudadanos, «no podría abrir su economía», opinó Farrar. «Llegaría gente de otros países y además habría ciudadanos que rechazarían vacunarse o que no estarían protegidos porque la vacuna no ha funcionado en ellos», advirtió.
Para el director de Wellcome Trust, cuando el 20% o el 30% de la población de cada país esté vacunado, hecho que estima que sucederá dentro de los primeros 6 meses desde que esté lista la vacuna, «el mundo podrá volver a la normalidad».
¿Cuándo se podrá volver a esa normalidad?
Según Farrar, «es posible pensar que en el verano (europeo) de 2021 podemos empezar a ver una reducción en la transmisión del virus, con las vacunas empezando a estar disponibles y la gente volviendo a una vida normal».
Eso ocurriría, indicó, en el caso de que las «vacunas de primera generación que se estén desarrollando ahora funcionen y se puedan fabricar y distribuir a gran escala».
En caso de que «la primera generación de vacunas no sea suficientemente buena o tenga problemas de seguridad, nos retrasaremos hasta el final del año que viene», advirtió.
«Pero soy optimista y pienso que en 2021 tendremos nuevos tratamientos, con los que podremos salvar vidas, y tendremos más de una vacuna, que podremos utilizar para reducir la transmisión y proteger a los grupos vulnerables en todos los países, de manera equitativa», insistió.
Evitar otra «guerra fría»
Para lograr esa vuelta a la normalidad, hay que evitar las tensiones que puede provocar la carrera de vacunas que se viene desarrollando en los últimos meses. «En la última década ha crecido la tensión entre Occidente y Oriente, entre EE UU y China, pero también entre otros países. La pandemia puede empeorar estas tensiones».
«Tenemos que evitarlo, porque esas tensiones serán cada vez peores y volveremos a un mundo polarizado, con un nacionalismo de occidente contra oriente o del norte contra el sur. Y a menudo eso lleva finalmente a la guerra. Y eso es el desastre», opinó.
Para Farrar, es importante que se mantenga la unidad más allá de las históricas diferencias. «Tenemos que aprender las lecciones de la vacunación en el siglo XX y darnos cuenta de que, si elegimos el camino nacionalista, tendremos un mundo cada vez más polarizado e injusto que no protegerá a nadie. Tenemos que decidir en las próximas semanas si nos unimos o si nos partimos en pedazos».
Invertir en vacunas
A la normalidad, adelantó, solo se podrá llegar gracias a la inversión en tratamientos y vacunas. «La economía mundial está gastando unos 500.000 millones de euros cada mes para mantener los puestos de trabajo. Para tener los fármacos y las vacunas que necesitamos, solo hacen falta 35.000 millones de dólares«, señaló en alusión al monto solicitado por la Organización Mundial de la Salud para el Acelerador ACT.
El Acelerador ACT es un proyecto de colaboración entre distintos países y entidades con el objetivo de acelerar el desarrollo y la producción de vacunas, medios de diagnóstico y tratamientos contra la covid-19, así como el acceso equitativo a los mismos.
«Esta sería la mejor inversión de la historia de la humanidad, porque salvaría vidas y permitiría volver a los colegios y a los puestos de trabajo. Los 500.000 millones de euros que se están gastando al mes no nos sacarán de la situación actual, solo son una curita», opinó. «Tenemos que invertir en las cosas que realmente nos van a permitir regresar a una vida normal», concluyó.