Crecen las sospechas sobre el rol de Susana Martinengo en el espionaje ilegal macrista. Las pruebas iniciales señalaron que la funcionaria que le escribía las cartas a Mauricio Macri habría sido el nexo con los espías. Sin embargo, hay fuertes indicios que la ubican en un lugar mucho más trascendente que el de una simple mensajera. Con antecedentes de gestión en el área de Seguridad, algunos ubican a la mujer en tareas de seguimiento a Roberto Baratta, de quien era vecino en el distrito de San Martín.

La ex funcionaria de máxima confianza de Mauricio Macri está cada vez más en la mira, por lo que fue convocada para este viernes por la Comisión Bicameral de Seguimiento de los Servicios de Inteligencia. Las pruebas en su contra comenzaron a acumularse en los últimos días, sobre todo cuando los registros oficiales de los ingresos a Casa de Gobierno dieron cuenta de doce visitas a su despacho por parte de los espías Jorge Sáez, Facundo Melo y Leandro Araque. Los tres están imputados en la causa que instruye el juez Federico Villena, en Lomas de Zamora. Y fueron, precisamente, Araque y Melo quienes la mencionaron ante la Bicameral como la persona a la que le llevaban la información de los “operativos”. Con una larga amistad con Sáez en su haber, la relación está probada, además, por los mensajes de WhatsApp con los agentes del grupo “Super Mario Bros”.

Pero ahora, todo indicaría que el armado de este complejo rompecabezas delictivo la ubicaría en un rol mucho más preponderante que el de una mensajera. De origen y militancia en San Martín, Martinengo fue Secretaria de Seguridad de ese Municipio en el año 2001. De ese mismo territorio del noroeste del conurbano bonaerense era oriundo Roberto Baratta. El ex funcionario del Ministerio de Planificación durante la gestión de Julio de Vido estuvo preso en Ezeiza y fue víctima de las escuchas ilegales que dieron lugar a la «Operación Puf” y que hoy se investigan en Lomas. Pero una hipótesis que empezó a pisar fuerte en las últimas horas apunta a que Baratta había estado en la mira de Martinengo mucho antes. Fuentes de la investigación señalaron a PáginaI12 que creen que ella se habría encargado “personalmente” de “caminar” al número dos de Planificación durante el kirchnerismo, lo que le habría hecho ganar la confianza de Mauricio Macri, cuando era jefe del gobierno porteño.

Martinengo fue citada para este viernes para ser interrogada por la Bicameral del Congreso, pero no está obligada a concurrir porque no se trata de una integrante de la AFI, por lo que el escenario es un casi seguro faltazo de la ex funcionaria. El presidente de la Bicameral, Leopoldo Moreau, se refirió al papel de Martinengo en las maniobras de espionaje al afirmar que hay dudas sobre el verdadero “rol de alguien que parecía solo un personaje oscuro o de poca relevancia”. En ese sentido, el diputado del Frente de Todos fue contundente: “Te aseguro que no es solamente un ama de casa. Ella tiene antecedentes en materia de seguridad. Tenía hechos cursos de Seguridad y es la que tenía vínculos anteriores al desembarco de Ruiz en la AFI”. En diálogo con Radio 10, Moreau recordó que el nexo fuerte de Martinengo con la organización era Sáez, de quien era amiga. “Cuando con las declaraciones nos tropezamos con esta funcionaria, rápidamente entendimos que era el nexo con los espías. Pero no teníamos estos antecedentes”, explicó.

El mayor interrogante está centrado en si Martinengo era la representante de Macri en esos diálogos que mantenía con los espías, si se cortaba sola o respondía a otros jefes. Quien la complicó en su declaración ante la Bicameral fue Araque. Según relató, junto con Melo y alguna vez con Sáez, iban a la Rosada a ver a Martinengo (lo que, como se dijo, consta en los registros oficiales de Casa de Gobierno). “Esto le puede interesar al de arriba”, contó que les dijo ella en alguna oportunidad, en referencia a algún material que habían obtenido. Araque también dijo que iban a verla a su domicilio particular en San Martín y otras veces se encontraban en algún restaurante.