El presidente Alberto Fernández, el gobernador bonaerense Axel Kicillof y el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta resolvieron mantener la actual fase de la cuarentena en el AMBA por otras dos semanas, sin más aperturas pero tampoco con una vuelta a las restricciones. Al mediodía anunciarán la medida en Olivos con nuevas exhortaciones a la necesidad de cuidado individual y de responsabilidad social para evitar el aumento de los contagios, que ayer registraron otro récord con 6.377 casos y 153 muertes. Los infectólogos le aseguraron al Presidente que ahora los contagios se producen principalmente en reuniones sociales, así que las campañas oficiales estarán direccionadas a concientizar de los riesgos que tienen este tipo de encuentros que, por otro lado, están prohibidos.
El debate había quedado más o menos saldado en la reunión que Kicillof y Rodríguez Larreta mantuvieron junto a sus ministros el miércoles en La Plata. La gestión bonaerense venía advirtiendo sobre la conveniencia de volver a las restricciones dado que si la curva de contagios sigue creciendo al mismo ritmo, a mitad de agosto se llegaría a la saturación de camas en la Provincia. Los funcionarios porteños, en lo que ha sido una constante desde las primeras semanas de la cuarentena, buscan mostrarse en público a favor de una mayor apertura, algo que saben que resulta más simpático a su electorado. En ese rumbo, sostenían que seguirían adelantante con su cronograma de apertura de actividades, que prevé en los próximos días habilitación de más negocios, profesiones independientes y actividades deportivas. De la reunión en La Plata salió un empate: ni se volverá para atrás, ni se avanzará con habilitaciones.
El Presidente recibió al gobernador y al jefe de gobierno por la tarde, luego de haber escuchado las recomendaciones de los epidemiólogos. «Veo con mucha preocupación la situación», había expresado Fernández temprano en una entrevista a Radio con Vos. «Me parece que tenemos que ponernos más firmes, porque no está funcionando esto», sostuvo. El Presidente ve mal que el número de contagios y fallecimientos no baje, muestra de que el temido pico de la pandemia todavía no llegó. «Tenemos que ver que estamos teniendo un problema. Lo que no podemos hacer es dejar que ese problema crezca y nos quedemos haciendo lo mismo», agregó, con lo que pareció mostrarse más cerca de la postura de la Provincia sobre la necesidad de restringir.
Pero los infectólogos -Pedro y Florencia Cahn, Andrea Gentile, Javier Farina, Eduardo López y Gustavo Lopardo- a los que recibió junto a Ginés González García y Carla Vizzotti le comentaron que lo que más están viendo en las guardias de los hospitales son casos de personas que admiten que estuvieron en los últimos días en alguna reunión familiar o con amigos, marcándolo como muy probable fuente de contagio. Que tanto en las fábricas como en los comercios se cumple con los protocolos sanitarios, por lo que no tenía mayor sentido volver al cierre de comercios. La preocupación ahora debe estar puesta en que se eviten los encuentros sociales.
Fernández, Kicillof y Rodríguez Larreta repasaron los últimos números y convinieron la decisión de seguir igual por otras dos semanas, hasta el 16 de agosto. Nuevamente aparecerán juntos al mediodía para hacer el anuncio desde Olivos, no estaba resuelto si sería grabado o en vivo, como la última vez. Habrá una advertencia sobre los controles a la circulación de quienes no tengan permiso, pero básicamente insistirán en la necesidad de tener cuidado y de ser responsables para evitar la propagación del virus. Como sucedió en otros países, en Gobierno notan que la relajación se ve principalmente entre los jóvenes, dado que está difundido que a esa edad el virus resulta menos nocivo. Pero se buscará generar una conciencia sobre la posibilidad de que contagien a familiares mayores para quienes sí puede resultar grave.
Kicillof se mantiene en la idea de la cuarentena «intermitente», como explicó en el encuentro virtual que mantuvo temprano con intendentes, donde reafirmaron la necesidad de mantener las medidas en coordinación dentro del AMBA. Lo de «intermitente» significa que se continuará con el seguimiento de los datos día a día y, en caso de considerarlo necesario, se volverá atrás con las flexibilizaciones de inmediato, sin necesidad de esperar hasta el 16 de agosto. «La evolución de la enfermedad está claramente determinada por conductas sociales. Desde el punto de vista epidemiológico vemos un crecimiento de casos que está vinculado a la movilidad», explicó.