El hallazgo de la paleta del cierre de una mochila Wilson, como la que tenía puesta Facundo Astudillo Castro cuando desapareció, llevó a los investigadores que allanaron esta mañana la comisaría de Mayor Buratovich a pensar inicialmente que podría corresponder a un rastro del joven. Pero la posibilidad se disolvió pocas horas después, cuando se verificó que en realidad el elemento hallado podría corresponder a otra mochila Wilson de un empleado de la comisaría.
A 80 días de la desaparición del joven oriundo de Pedro Luro, el fallido descubrimiento sucedió durante el operativo que hoy temprano realizó la Policía Federal con la intervención de Marcos Darío Herrero como perito de parte de la familia Castro. Herrero llevó a su perro adiestrado para la búsqueda de rastros.
Terminado el operativo, fuentes policiales aseguraron que el peritaje dio resultado negativo ya que no se lograron levantar rastros de interés para la causa. «Los perros no registraron ningún rastro biométrico que haya dado positivo en el marco de la diligencia ordenada por la Justicia Federal. No se ha detectado ningún rastro», expresó una fuente consultada por Télam.
En tanto, en la causa siguen declarando testigos de gran valor para la querella de los familiares en el sentido de que cada vez están más implicados los uniformados de Villarino. Uno de los abogados denunció que «están siendo amenazados y perseguidos por la policía de la provincia de Buenos Aires». Leandro Aparicio pidió a las máximas autoridades que intervengan para que «cese el amedrentamiento de las personas que están dando su testimonio».
La jueza federal María Gabriela Marrón había ordenado a fuerzas de seguridad y funcionarios realizar un nuevo «allanamiento y registro de la subestación policíal comunal Mayor Buratovich a fin de incautar los elementos que puedan contener registros biométricos» del desaparecido Facundo Astudillo Castro, como surge de la resolución que anticipó el lunes Página|12.
Esta medida se concretó varias semanas después de haber sido pedida por los letrados que asisten a Cristina Castro, la madre de Facundo, que hoy estuvo en el procedimiento.
El 14 de julio la querella particular reiteró la incorporación del perito Herrero y solicitó que se disponga la realización de un allanamiento a la Comisaría de Mayor Buratovich para obtener el levantamiento de huellas o rastros de ADN, y para verificar si existen registros biométricos de la víctima.
Tras el operativo, el adiestrador Herrero dijo a la prensa que «se hizo un trabajo sobre un perímetro en la parte de afuera (de la seccional) y luego pasamos a perímetros internos». «Me llamó la atención un hecho y por eso trabajamos en un perímetro, aunque finalmente dio negativo», dijo el experto, quien agregó que «no se encontró ningún rastro o esencia de la persona de Facundo».
Los abogados de la familia sostienen que a Castro, luego de detenerlo en la ruta 3 –cerca de las 10 de la mañana del 30 de abril–, lo llevaron a esa dependencia de la Bonaerense, algo que los dos policías no habían mencionado en sus declaraciones. Por el contrario, dijeron que lo dejaron seguir, que labraron el acta en la misma ruta.
Al parecer, en la dependencia policial le dijeron que se volviera a su ciudad, Pedro Luro. Facundo no les hizo caso y emprendió viaje hacia la localidad de Ascasubi, y fue así como un segundo encuentro con policías habría derivado en una golpiza y su posterior desaparición. Además, en el rastrillaje del 19 de junio los uniformados de Villarino no habían dejado pasar al contingente que pretendía llegar hasta la comisaría.