Casi al final de su primer mandato como Gobernador, Alberto Rodríguez Saá anunció el Plan Hepatitis 0, para lograr la erradicación de esa enfermedad mediante la construcción de redes cloacales en numerosas localidades de la provincia. Entre ellas El Volcán en el Depto. Gral. Pueyrredón. Esta localidad ya tenía desde años anteriores cloacas para el Barrio Madre Teresa de Calcuta, pero estas nuevas cubrirían buena parte del resto del casco urbano.

Es así, como para esta localidad turística se presupuestaron las siguientes sumas:

2007: $ 3.883.128.-             2008: $ 274.560.-

2009: $      79.841.-             2010: $    69.353.-

Totalizando $ 4.306.882; todos ellos ejecutados en pleno según consta en las respectivas rendiciones de cuentas aprobadas por el Poder Legislativo. Tengamos en cuenta que, de acuerdo a la inflación argentina, desde aquellos años a la fecha, esa suma debe ser notoriamente mayor, cálculo que no estoy en condiciones de hacer.

¿Qué pasó?

Se suponía que en el año 2010 la obra quedaba completa, pero al conocerse destinado a la planta de tratamientos, estallaron las quejas de muchos vecinos.

Esa planta fue construida y casi terminada, unos pocos metros antes del puente de ingreso desde el oeste, casi pegada a la ruta y a menos de 100 metros del cauce del río; al lado también de un camping que ya no está y muy cerca de un barrio en crecimiento. No se explicó nunca qué destino se daría a los líquidos ya tratados, pero sí estaba muy presente en la memoria de los volcaneros que ese lugar supo ser cubierto en ocasión de grandes crecidas del río. Un panorama muy peligroso para la calidad de vida y la salud misma del vecindario. Fruto del sistema de licitación de las obras, sin un proyecto previo,  sin analizar el presentado por la empresa adjudicataria,  ni evaluar el impacto ambiental, menos aún con una audiencia pública.

Las categóricas razones dadas por los vecinos llevaron a que el gobierno provincial no autorizara esa planta en el año 2009 y presupuestara para el 2010 una suma de $ 626.534.- para hacer una “Interconexión con la red cloacal de la ciudad Juana Koslay”. Obra complicada y cara habida cuenta de la geografía serrana que habría de atravesar mediante un importante sistema de bombeo.

Comenzó a hacerse esa tarea mediante el tendido de una cañería. Hasta que la empresa desapareció, la obra se detuvo y durante un par de años vimos un caño plástico negro apuntando al cielo.

De la suma presupuestada para esa interconexión se cambió de destino (no se dijo a dónde) el importe de $300.000. El resto fue informado al legislativo COMO NO EJECUTADO.

Fin de una obra necesaria para cualquier localidad del mundo. El gobierno provincial dilapidó una suma millonaria sin resultado alguno.

Lo que fue planta de tratamiento, está abandonada, destruida y tapada por la vegetación. El equipo que se instaló ya no está, se lo llevó la empresa o alguien se adueñó de él. Se pueden ver en las calles, las tapas de inspección de la red.

Las aguas servidas de gran parte de El Volcán siguen pasando a las napas subterráneas, terminando casi con seguridad, en el Dique Cruz de Piedra.

Cero para el cancelado Plan Hepatitis 0 en El Volcán. En silencio, sin una explicación.  ¿Habrá sido una venganza por el reclamo vecinal?

Hablar de salud para el pueblo y no hacer las obras necesarias es cuando menos,  hipocresía.

Responsabilidades

Desde el comienzo de la obra, en el momento del abandono y hasta el 2015 fue Intendente Comisionado Municipal el Sr. Marcelo Mocdese; entre 2015 y 2019 ejerció ese cargo el Sr. Ricardo Callegaro quien desde 2019 ejerce como Intendente Municipal, ahora y por primera vez en la historia, con Concejo Deliberante.

Ni Marcelo Mocdese ni Ricardo Callegaro, han dado a conocer gestiones hechas para lograr la finalización de la obra, ni buscaron apoyo en los vecinos, ni dieron a conocer el problema a los medios.

Esa inmovilidad se da por la obediencia debida a un gobernador que decide por sí solo qué se hace, dónde, cuándo y cómo. No consulta, no atiende, no escucha. El señor feudal manda, los súbditos obedecen calladamente.

La responsabilidad primera es del titular del gobierno, Alberto Rodríguez Saá, luego de las autoridades municipales.

Hay otras más, porque nadie de la política provincial (oficialismo y oposición) reclamó o  denunció  con la decisión, la energía y la persistencia que el caso merece.

Los feudos se vencen con unidad y decisión, antes de los vasallos, hoy de la ciudadanía.  Nunca con silencios, indiferencia ni cobardía.