Rubén Camarda, intendente interino de Sarmiento (Chubut) dejó por un rato los papeles, agarró la pala y se embarró los pies, no le quedó otra: el encargado del cementerio local faltó y había que enterrar a un vecino.
“En Sarmiento somos 40 mil habitantes” contó Camarda en radio América. Sebastián Balochi, el intendente electo, estaba en Buenos Aires, por lo que Camarda (jefe de gabinete) se hizo cargo del municipio por unos días.
“Me llamó una vecina y me dijo que el padre fallecido no tenía la fosa tapada en el cementerio. El cajón había sido colocado en tierra pero cuando fueron a llevarle flores, al día siguiente, vieron que no estaba cubierto. Entonces fuimos con un colaborador y agarramos las palas y lo tapamos”.
El intendente interino se convirtió en sepulturero por unas horas. Pero no estuvo sólo: Rubén Sosa, encargado del “Área de la Juventud” municipal le dio una mano para enterrar al difunto, Eduardo Tracaleo. Entre angustia y dolor, los familiares del fallecido tomaban fotos del insólito hecho.
Yanina y Marcela, hijas del difunto, contaron que “el 27 de febrero a las 22:30 comenzamos a velar a papá y el 28 (un día después) alrededor de las 12:00 del mediodía se realizó el cortejo fúnebre. Al otro día (29 de febrero) fuimos a dejarle flores y velas y encontramos el cajón sin enterrar”. Según Yanina y Marcela, su papá no fue enterrado “porque el encargado no estaba”.
¿Y el sepulturero?
Fabián Paredes, a cargo del cementerio contó que se ausentó porque su hijo, de 18 años, desapareció el día viernes de la casa. “Se había ido a un cumpleaños y era el sábado a las 22:00 y no aparecía; hicimos la denuncia. Y el domingo a las tres de la mañana nos avisó la policía que apareció bien, venía de Río Mayo. Por eso no pude ir a trabajar ni tapar a esta persona; quiero pedir disculpas a la familia Tracaleo y a todo el personal de la Municipalidad. Mi hijo está bien” aseguró Paredes.
Pero el sepulturero será sancionado. Paredes quedó suspendido por 25 días sin goce de sueldo ya que cometió lo que el estatuto denomina “falta grave”: si tenía que faltar al trabajo, debía avisar al cementerio para que se lo reemplace.
En radio América, el intendente interino contó que Sarmiento es una ciudad ubicada en un valle de 43 mil hectáreas con 20 mil habitantes.