La prevención a partir de la autoexploración de las mamas también es una forma de comenzar a cuidarnos y prevenir el cáncer de mama.
Conocer nuestros senos es de vital importancia y para ello no hay nada mejor que la autoexploración mensual, pues cualquier cambio si se detecta a tiempo puede salvarte la vida.
La detección precoz de cualquier enfermedad es un trecho de posibilidades, que le sumamos al camino “de hacer”, luego de cualquier diagnóstico. Ante esto, todavía hay en las mujeres ese prurito de vergüenza a la hora de palpar las mamas. Y lo referencio por lo que me ha tocado charlar con muchas mujeres de distintas edades. Vergüenza que en muchos casos, se disipa cuando la palpación es a través de la figura de un médico. En la cultura de delegar ante el que sabe. Pero nosotros también podemos aprender hacerlo.
Muchas veces la masiva presencia de la idea de enfermedad en las campañas de prevención, abre una brecha, comprobada por estudiosos de: angustia, situaciones de hipocondría y en definitiva el temor de encontrar algo no deseado en nuestro cuerpo.
Por ello debemos ser muy cuidadosos de CÓMO DECIMOS, y aquí vuelvo al principio de lo que vengo planteando; que es cambiar la forma de encarar las campañas y dejar de decir LUCHA CONTRA para que se diga LUCHA PARA PREVENIR Y CURAR. Desdramatizando el mensaje e informando sin inferir miedo.
Porque en el decir, sugerimos inconscientemente. Ejemplo de esto, es una campaña que recorre los Facebook de muchas mujeres denominada TÓCATE O TE TOCARÁ – TOCATE O TE TOCA. Si bien creemos en el colectivo común del pensamiento, que todo mensaje suma para prevenir, creo personalmente que este no es el mensaje más adecuado para invitar a que las mujeres se aprendan a tocar sus pechos para detectar anomalías. Porque la prevención no debe basarse en la promoción AL MIEDO A NO TENER, sino en el entendimiento y adhesión de HACER PARA NO TENER.
Esto que conceptualizo humildemente, es producto de lo vivido como paciente oncológica y como comunicadora. Las palabras hacen ruido, y tenemos que saber el ruido que queremos provocar, si es un ruido de estruendo que asuste o un ruido de llamado e invitación a algo. Esto tiene que ver con el resguardo y cuidado de nuestra salud, que provoca movernos con cuidado hacia lo que debemos saber y hacer; y no al resguardo que promueve inmovilizarnos ante el temor.
Creo firmemente, que desde el momento en que es posible la prevención, la muerte ya no es un absoluto, de modo que en relación con el cáncer de mama puede aparecer con mayor facilidad la dimensión temporal: siendo de los más fáciles de detectar, puede «atenderse a tiempo», por lo que ya no se establece una asociación tan mecánica entre esta enfermedad y la muerte, aunque siempre esté presente el temor.
Y para no temer tanto, porque es inevitable no pensar, no suponer…hay que saber qué podemos hacer desde nosotros mismos y menguar el miedo para acercarnos a la acción.
La autoexploración es una posibilidad de sentir que no solo nos preocupamos sino que nos ocupamos de conocer nuestro cuerpo:
CÓMO UNA SIMPLE PACIENTE TE EXPLICO COMO LO PODEMOS HACER:
Observa: frente al espejo, busca cambios en la forma, tamaño o superficie de la piel; especialmente hundimientos, inflación, enrojecimiento o ulceraciones. Este procedimiento deberás hacerlo con los brazos a los lados, `las manos detrás de la cabeza, los codos y hombros ligeramente hacia adelante y con las manos en la cintura´.
Toca: frente al espejo o durante el baño, busca bolitas, zonas dolorosas, abultamientos o consistencia diferente al resto de la mama. Este procedimiento deberás hacerlo de la siguiente manera:
De pie: la mano derecha en la nuca, con la izquierda toca el pecho derecho. Comienza desde arriba palpando alrededor de la mama y luego en la parte del centro. Posteriormente, revisa toda la axila y al final aprieta el pezón para ver si hay salida anormal de líquido. Explora el otro pecho de la misma manera.
Acostada: con una almohada pequeña o toalla enrollada debajo del hombro derecho, pon la mano derecha en la nuca, con la mano izquierda revisa el pecho derecho, palpa de la misma manera que lo hiciste estando de pie. Haz lo mismo para explorar el seno izquierdo.
VIVIANA ANTONUCCI
Periodista de San Luis y Paciente Oncológica
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Mail: vivigemela@gmail.com