Delegados del diario contaron cómo fue la irrupción de la patota conducida por el empresario Mariano Martínez Rojas que intentó desalojar a los trabajadores e impedir que Tiempo Argentino se edite. «Lo primero que hizo cuando entró fue venir a romper las conexiones», denunciaron.
En un hecho de censura como no se ha visto en los últimos años, el empresario Mariano Martínez Rojas ingresó por la fuerza a las instalaciones de Tiempo Argentino con un grupo de patovicas para desalojar a los trabajadores y romper las instalaciones, en la madrugada de este lunes.
En conferencia de prensa, el presidente de la cooperativa de Tiempo, Javier Borelli, junto a delegados del Sipreba contó que «pudimos volver al edificio donde estamos trabajando y sacando el diario a la calle», luego de que mediara la policía.
«Mariano Martínez Rojas ingresó a la medianoche a través de la puerta de Radio América, forzó una puerta y una vez aquí echó por la fuerza a tres compañeros», contó Borelli.
Cuando llegó la policía, Martínez Rojas mostró un supuesto contrato de alquiler. Al respecto, el delegado aclaró que «no hay contrato de alquiler vigente entre Martínez Rojas y los dueños del edificio», indicó.
Durante el intento de desalojo, los encapuchados destruyeron el mobiliario y violentaron los sistemas de comunicación. «Los lugares más afectados fueron la oficina del sistemas, fueron a romper la conexión, cortaron los cables de red, además de otras roturas de vidrios y mobiliarios», contó el titular de la cooperativa que fundaron los trabajadores.
«El daño fue para poner trabas para que Tiempo pueda seguir saliendo», señaló y contó que «estábamos por salir de manera web todos los días y esto nos complica y nos perjudica la salida de la edición en papel de todos los domingos.
Los periodistas de Tiempo, quienes no cobran sueldos desde diciembre, constituyeron una cooperativa para poder defender los puestos de trabajo. Desde el mes pasado, sacan una publicación todos los domingos, y ahora estaban a punto de sacar una página web para estar al aire con noticias todos los días.
Además, Borelli solicitó al Estado que garantice la seguridad de los trabajadores. «Los que estamos acá somos trabajadores con los derechos vulnerados por los patrones y el Estado. hoy pedimos que el Estado nos garantice la seguridad», pidieron.
Desde el PRO justificaron el intento de desalojo
Para el funcionario porteño Yamil Santoro, la irrupción del empresario Mariano Martínez Rojas con una patota en la redacción se trató de «un problema entre privados». Si bien cuestionó la violencia, consideró que los trabajadores, quienes hace meses que no cobran los sueldos ni fueron indemnizados, tienen una cooperativa «trucha» y podían expulsarlos.
El PRO mandó al youtuber político de la Ciudad, Yamil Santoro, a bajar línea respecto del violento desalojo de los trabajadores de Tiempo Argentino. Como si el hecho no representara un ataque directo a la libertad de expresión y la defensa de los puestos de trabajo, Santoro dijo que lo que sucedió es un mero «problema entre privados».
Para Santoro, quien se desempeña como subgerente operativo de Comunicación Social del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la cooperativa que formaron los trabajadores es «potencialmente trucha». Sin embargo, nada dice respecto de los meses de sueldos impagos que llevaron a tomar la decisión de los periodistas producir el diario por sus propios medios.