San Luis (LaNoticia) 24-06-16. Como siempre lo hacen, recurren al diario de la familia con argumentos fácilmente rebatibles y hasta infantiles ya utilizados en el pasado.
Quienes tenemos algo de memoria, recordamos cómo se juzgó y condenó a Nelson Madaff a través del diario de la familia cuando la (In)Justicia de San Luis no encontraba argumento alguno que probara lo que jamás había ocurrido: el asesinato de Claudia Díaz, simplemente porque nunca fue asesinada, sino que simplemente que la joven escapó de la violencia a la que lo sometía su padre y se escondió en San Juan. Díaz pasó de desaparecida a “asesinada” de un plumazo. Diez años después apareció con vida, y nadie del grupo de poder le pidió disculpas a Nelson Madaff por el accionar tan antiético del sistema puntano.
Si bien en el caso Romina Aguilar, hubo un asesinato, el procesamiento que está sufriendo su viudo, el intendente suspendido en funciones de La Calera, Diego Lorenzetti, tiene muchas similitudes con aquel sufrido por Madaff.
Vamos a aclarar, como si hiciera falta, pero por las dudas, que no señalamos que Lorenzetti no tenga nada que ver con el asesinato de su esposa, sino que estamos convencidos de que en el expediente no hay una sola prueba fehaciente que pruebe su culpabilidad, sino que hay especulaciones como las que hubo con Madaff, que llevan a las mismas falsedades que hubo con Nelson.
Con Madaff había “llamadas anónimas” que indicaban tal o cual cosa, siempre contra Nelson y la (In)Justicia `compraba´. En el caso de Romina Aguilar, son los policías los que dicen al juez que “personas anónimas” dicen tal o cual cosa, siempre en contra de Lorenzetti. ¿Alcoyana-Alcoyana?
Con Madaff desde el diario de la familia se publicaban todo tipo de artículos que intentaba llevar a los lectores a `comprar´ hechos que nunca existieron, siempre en contra de Nelson; pero cuando apareció con vida Claudia Días -la supuesta asesinada por Nelson-, jamás un artículo pidiendo disculpas por las campañas mediáticas armadas.
Ahora en el caso Romina Aguilar, se pone en boca de Cadelago Filippi que el defensor de Lorenzetti, Carlos Salomón, al apelar la prisión preventiva de su cliente ante la Cámara, “frenó una pericia clave”.
Solo hace falta preguntar cuál es esa pericia clave para saber cuánta verdad hay o no en la excusa. Resulta ser que tal pericia clave es un entrecuzamiento de llamadas, textos y demás entre los celulares de los tres procesados -Diego Lorenzetti, el brasilero De Oliveira y el `Bocón´ Vilchez, y también del `Chori´ Heredia-. ¿Qué buscan? Ver si hubo contactos, días anteriores al homicidio, entre todos ellos para intentar `justificar´ el estado del expediente. Pero ¿Cuál son las grandes preguntas para don Cadelago? Juez, ¿Cuánto hace del hecho? Ya casi seis meses. Juez, ¿Cuánto hace que tiene a los sospechosos y sus celulares? No menos de cuatro meses. Entonces don juez, ¿Recién ahora va a hacer esa pericia entre los tres o cuatro celulares? La evidencia de la mentira está a vista de todos. Hay quienes sostienen que también entre las pericias estaría la del celular del taxista Carlos Blatter, quien aseguró haber llevado a De Oliveira y Vilchez y que estos le dijeron que el que ponía el dinero para asesinar a Romina, era el ex senador Alberto Leyes. Si fuera así, las preguntas son las mismas, toda vez que ese celular está en poder del juez hace más de un mes, pero ¿Recién ahora lo va a hacer peritar?
Lo dicho por don Cadelago Filippi al diario de la familia, no hace más que hablar pésimamente de él mismo como juez, porque si él no pensaba que Salomón iba a apelar su rechazo a la revocatoria de la prisión preventiva de Lorenzetti, significa que no conoce el paño donde trabaja. Cadelago Filippi debió prever que iban a apelar su fallo, con lo cual si su intención era hacer esas pericias, debió anticiparse a todo, porque de lo contrario será visto en la historia como el juez al que una tortuga le sacaba kilómetros de ventaja.
Carlos Rubén Capella
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