Luego de que La Política Online publicara la corruptela sobre el uso del helicóptero presidencial por parte del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, para ir al exclusivo country Chacras de Murray de Pilar, donde alquiló una amplia casa a la familia Braun Cantilo; el medio fue atacado en Twitter.
De inmediato se descargó un furioso ataque de cuentas falsas sobre LPO y su director Ignacio Fidanza, con las mismas acusaciones que esgrimía el kirchnerismo cada vez que una nota les molestaba: que se estaba detrás de la pauta oficial, que era mentira, que era golpismo, que se operaba.
Paulise es el monje negro del gobierno en Twitter, creador y administrador de una gigantesca granja de usuarios falsos destinados a atacar a periodistas que cuestionen al macrismo.
Pero nada de esto fue casual o espontáneo. El PRO desde hace bastantes años tiene ejércitos de trabajadores operando sobre las redes sociales: en el comando de campaña de la calle Balcarce ocupaban pisos enteros. No es un secreto ni tiene nada criticable la estrategia de difusión de sus propuestas políticas en las redes, que permiten un acercamiento directo a un sector de la población.
Pero esa tarea tenía un costado oscuro. La operación sobre las redes a través de cuentas falsas para instalar o desviar temas, perforar a adversarios políticos o líderes de opinión adversos a través de cuentas falsas –fake o trolls -, que para influenciar sobre desprevenidos, apelan a la imagen de importantes y respetados líderes de opinión, como los periodistas Magdalena Ruiz Guiñazú, Jorge Lanata, Eduardo Van der Kooy o Carlos Pagni.
En Twitter atacaron a LPO con mensajes calcados y en la misma franja horaria de la tarde, una situación absolutamente inverosímil para usuarios reales.
No solo tiene que haber políticos honestos. Tiene que haber periodistas y no mercenarios https://t.co/2xPp4rZcBS — Jorge Lanata PPT (@Lanataenel13) 8 de marzo de 2016
Lamentablemente desde que Macri asumió la Presidencia, esta práctica de intervenir en discusiones de usuarios reales de las redes, empezó a traducirse en el escrache directo de periodistas que molesten al poder, en una muy triste repetición de lo peor del kirchnerismo.
Que el ataque a LPO haya surgido tras la primicia sobre Dietrich -absolutamente contundente y chequeada hasta el último detalle con los propios voceros del ministro-, no es casual.
Fuentes con acceso al manejo de redes del PRO, confirmaron a este medio que detrás de esta operación sobre las redes se encuentra Octavio Paulise, que comenzó a trabajar en el macrismo como community manager del actual ministro de Transporte.
Paulise luego fue escalando posiciones en el equipo de comunicación macrista como un destacado “influenciador” en las redes y llegó a manejar una de las granjas de trolls o usuarios falsos más grande de Latinoamérica.
La operación política sobre las redes a través de usuarios falsos “humanizados” con una trayectoria de tuits y perfiles determinados ha llegado a un nivel de sofisticación que queda en evidencia cuando se desata una crisis como la que causó la primicia de LPO y se actúa con ferocidad, pero también con torpeza sobre el emisor.
Paulise según las fuentes consultadas por LPO es actualmente empleado del Ministerio de Trasporte que encabeza Dietrich.