San Luis (LaNoticia) 07-03-16. Si la indagatoria al jockey es la clave para indagar a Lorenzetti, la verdad que no alcanza ni para sospecha.
Durante el fin de semana, la declaración indagatoria que la juez Virginia Palacio le tomó al brasilero Edivaldo Pereira De Oliveira fue filtrada a varios medios de prensa, entre ellos La Noticia en San Luis.
Son cinco páginas, en donde es claro que De Oliveira está más `preocupado´ por salvar su propio pellejo, más que por aportar algo positivo a la investigación.
El brasilero aclara que a él lo `convoca´ un tal “Bocón” y que le pide que lo lleve en la moto “a un robo” y que había “100.000” para robar y que lo repartirían en mitades iguales. Cuando llegan a la casa de Diego Lorenzetti ve que su amigo habla con “una señora”, que escucha un disparo y ve a “la señora” corriendo hacia la esquina y ahí escucha un segundo disparo. Luego se van, que discute con su amigo porque se trataba de “un robo” y no lo que ocurrió realmente y que ahí el “Bocón” le explica que fue un “trabajo” que le encargó el primo del “Bocón”, a quien conoce como “Chori” y aquí viene un claro desfasaje en su declaración, puesto que dice textualmente que “supuestamente todo era un encargo del marido de la ROMINA”. Dice “la Romina”, como dejando en claro que la conoce, pero cuando relató el hecho, habló de “la señora”. Sin embargo nadie le preguntó por qué dijo “la señora”, si todo indica que la conocía bastante, por ser empleado de Lorenzetti y hasta la camioneta de Romina debía conocer a la perfección y sin embargo en su relato habla de “una camioneta”.
Es más, más adelante cuando le pregunta si conocía a Romina, respondió afirmativamente y hasta aseguró que cuando la vio “le grité” sin quedar en claro si era para alertarla y así evitar el asesinato, pero fue ahí cuando escuchó el primer disparo. Es decir, reconoce que era Romina, pero en el primer tramo de su declaración habla de “la señora” como si no la conociera.
Es más, hasta es sumamente llamativo que desde el Poder Judicial se habla de que se está buscando al supuesto autor material del hecho, pero en ningún momento informan si están buscando o no a “Chori”, puesto que según la declaración del brasilero es partícipe del crimen, puesto que es uno de los que `encargó´ el trabajo.
En algún momento, desde la investigación se señaló que uno de los puntos para detener a Lorenzetti, era la igualdad entre el monto que él pidió a un prestamista y el monto que supuestamente habría pagado para el `encargo´ de asesinar a su esposa, por los dichos de De Oliveira. Pero hay una gran diferencia en esto, porque De Oliveira en su indagatoria afirmó que los 100.000 pesos eran el monto que iban, supuestamente, a robar y no en concepto de pago por el asesinato. Es muy distinto.
Dentro de la declaración indagatoria de De Oliveira hay otro dato llamativo. Cuando asegura que se enojó mucho con el “Bocón” porque le mintió un robo cuando en realidad era algo mucho más grave como un asesinato, deja en claro su gran molestia por la `mentira´ de la que habría sido `víctima´. A esto hay que sumar que aseguró haber estado con Lorenzetti después del hecho, y que no hablaron del tema. Si a De Oliveira le dijeron que el `encargo´ había sido de Lorenzetti, y le molestó soberanamente que le hayan mentido con un robo, la pregunta del millón sería: ¿Estuvo con Lorenzetti y no le recriminó que le mintieran por un encargo suyo, nada más ni nada menos que de asesinar a su propia esposa?
En contexto
Romina Aguilar fue asesinada alrededor de las 06:40 del sábado 30 de enero, en la puerta de la casa 1 de la manzana 78 del barrio FAECAP, en el norte de la ciudad de San Luis, donde la mujer residía junto a su esposo e hijos.
En momentos en que la mujer acababa de sacar su camioneta Renault Duster para viajar a La Calera, donde cursaba el final de la escuela secundaria a través del programa Plan de Inclusión Educativo (PIE), fue sorprendida por dos jóvenes armados que iban en moto.
Los agresores la tomaron de la ropa, la arrastraron unos diez metros por el suelo, le dispararon dos balazos calibre .45, y escaparon en el mismo rodado en el que llegaron y sin robar nada, por lo que el robo como móvil del asesinato fue descartado de entrada.
Carlos Rubén Capella
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