San Luis (LaNoticia) 28-12-15. En el libro “Apuntes biogenealógicos para la historia de San Luis y Cuyo” los historiadores, Nora Costamagna y Roberto Colimodio, te dicen de qué se trata.
Estos historiadores afirman que nos tendremos que olvidar de escribir Juana Koslay y cambiarla por Juana Coslay, aunque resulte `feo´ a la vista, porque aseguran que “los españoles antiguos no conocían la k y el testamento dice claramente Coslay. Los únicos dos documentos que la mencionan uno es de 1700 y el otro de 1720. La leyenda surge en 1880 con el periódico El Oasis y luego es tomada por el historiador Gez. Al probar su existencia documental decidimos también diferenciar este trabajo como un aporte histórico alejándonos de la leyenda. Si Juana Coslay hubiese estado, como dice la leyenda, en 1594, hubiese procreado a sus hijos a los 60 o más años de edad y eso es una prueba incostatable. De Juana Coslay descienden miles de personas, los Sosa, los Díaz Barroso y hasta Juan Pascual Pringles lleva su sangre”.
De la investigación realizada deducen que “observamos que había varios historiadores que dudaban de la existencia de Juana, y a raíz de encontrar el testamento de María Magdalena Gómez Isleño, surgió la idea de trabajar sobre ella. Quienes nos precedieron, como decía Urbano J Núñez, llenaron los `huecos´ con su imaginación o con tradiciones orales que si bien son válidas, deben dar examen y confrontarse con los documentos. La leyenda nos habla de la princesa Arozena, en 1594, bautizada Juana Koslay, no hay un sólo documento que lo pruebe o lo infiera. Sin embargo, existen documentos que sí prueban su existencia 40 años después”.
“`Juana Coslay´, el trabajo que presentamos en las novenas jornadas de Historia, es uno de los 25 artículos que contiene nuestro libro con documentación conocida que ampliamos y con otros documentos inéditos de los archivos de San Luis, Mendoza y Buenos Aires”, afirmaron y agregaron que “pudimos probar que el matrimonio de Juana Coslay con Juan Gómez Isleño se realizó pero no en la fecha de la fundación, ya que es posterior, alrededor de 1633. Se realizó un profundo trabajo de archivo en el que sólo se encontraron dos documentos en que se menciona la existencia de Juana”.
Por lo expuesto por los historiadores, estaría más que probado que escribimos mal cuando ponemos `Juana Koslay´, siendo `Juana Coslay´ la forma correcta de referirnos a la supuesta india que `conquistó´ al conquistador.
Carlos Rubén Capella
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