El hombre logró comunicarse con la joven de 18 años y viajó 700 kilómetros para encontrarla. Alicia Peresutti, de Vínculos en Red, señaló que «ni la Policía ni la Justicia lo ayudaron».
Un santafesino rescató a su hija, de 18 años, de una red de trata, luego de viajar 700 kilómetros en su auto para encontrarla en un prostíbulo de Santiago del Estero donde estaba cautiva, luego de que ella lograra comunicarse gracias a un cliente que le prestó un celular.
Alicia Peresutti, de la ONG Vínculos en Red, señaló que tras el rescate, la familia «vive con miedo a represalias».
“Estuve en Santa Marta viviendo con el Papa, y trabajando en el Simposio Mundial de Jóvenes contra la esclavitud y la trata. Los jóvenes tienen eso de que no son políticamente correctos, escuchamos testimonios de víctimas y de muchos jóvenes, que fueron arrolladores, porque ellos hablan», indicó.
«El Papa estuvo feliz porque tampoco es políticamente correcto», acotó, en relación a la preocupación en el mundo por este flagelo.
En relación a la historia de rescate, detalló: «La chica se comunica con su padre, Mario Gamarra, con un teléfono que le presta un cliente. El padre de la chica la busca, hace de cuenta que se le rompe el auto, y las chicas saltan de la tapia».
“Es una historia parecida a la película Búsqueda Implacable, porque al padre no le daba bolilla nadie, ni la Policía ni la Justicia, entonces agarró su auto y salió a buscar a su hija», aseguró.
«La lectura que se hace es que el padre al que le falta una hija debe sacar el auto y buscarla. Es un final feliz porque la rescató, pero paró en tres comisarías para hacer la denuncia, y en una le cuestionaron que habiendo tantas comisarias fue a ésa», aseveró.
La joven, identificada como Romina, pasó luego de ser secuestrada por whiskerías de la localidad bonaerense de General Rodríguez y de Bell Ville, sobre la ruta 9, hasta llegar a la de La Banda, denominada «Negro el 20», donde logró escapar junto a otra muchacha, María Cristina, que luego reapareció con un abogado diciendo que era todo mentira y que no estaba cautiva.
Peresutti deslizó que la corrupción impide la desarticulación de estas redes, al marcar: «Los jóvenes fueron duros en el Vaticano, dijeron que si no hubiera corrupción en la Policía sería distinto. A veces corrupción no es sólo cobrar de la mafia, a veces es no hacer lo que a uno le corresponde y para lo que le pagan. Muchos policías capaz no cobran, pero miran para otro lado».
«Es un padre sin plata y con un auto viejo, y que no sabe leer, por lo que lo tuvo que ir acompañado de un hijo para que leyera los carteles, y tuvo que salir a recorrer los prostíbulos para buscar a su hija. Es lo que pasó con el padre de María Cash, que murió en un accidente buscándola», resaltó.
“La chica fue rescatada en Santiago. No planteamos que todo el mundo es corrupto porque cobre, también porque mira para otro lado. Si el fiscal piensa que no puede cumplir su función, que se ponga un kiosco», sostuvo.
“La familia de la chica está muy asustada, temen represalias. Nunca nadie habla del día después de las víctimas, y muchas veces las represalias son muy grandes», subrayó.
“Están las denuncias hechas. Esta chica se llama Romina, la otra chica, María Cristina, desaparece dos días, y cuando aparece, lo hace con un abogado medio raro, y dicen que es todo mentira. Hay que saber cómo es eso”, completó.