San Luis (LaNoticia) 15-10-15. El juicio oral y público por el asesinato de Ángel Flores se ha convertido en el de más careos de los últimos tiempos. Y esto tiene que ver con que a pesar de haber habido una gran cantidad de testigos, cada uno da una versión distinta de la de los demás. Tres testigos han denunciado amenazas. El viernes puede cerrarse el debate con los alegatos y el fallo.
Al menos cinco testigos presenciales de la pelea entre la víctima -Ángel Flores- y el victimario -Jonathan Peñaloza- que pasaron por el debate ante la Cámara del Crimen Nº 1 integrada -para este juicio- por José Luis Flores, Hugo Saá Petrino y Gustavo Miranda Folch, han dado cinco testimonios distintos que poca claridad le dieron a la investigación del caso. La mayoría cambió las declaraciones dadas con anterioridad.
Solo hay un hecho claro, que luego de una pelea Peñaloza terminó con la vida de Flores de varios puntazos. Pero en el camino no se ha podido establecer a ciencia cierta si en la pelea ambos portaban cuchillos o solamente hubo uno. En este caso si lo portaba Flores y Peñaloza se lo quitó, para posteriormente asesinarlo. Lo que es seguro que más de una declaración no es consistente a la hora de analizar posibilidades, como por ejemplo si el cuchillo lo llevaba Flores, por qué éste le tiraba con mitades de ladrillos a Peñaloza en lugar de apuñalarlo, teniendo en cuenta que todos los testimonios coinciden en que Flores estaba muy borracho -y aseguran que drogado- por la ingesta de “vino con pastillas”. Porque todos los testimonios coinciden en que Flores amenazaba a Peñaloza con ladrillos o piedras, más allá de que algunos aseguraron que les tiró varias veces y otros que solo amenazaba. También coinciden en que vieron a Peñaloza sacar un cuchillo, algo que dista mucho de “quitar el cuchillo a Flores”.
Sobre el tema del/los cuchillo/s, en la jornada de ayer Juan Daniel Camargo relató que Flores molestaba mucho a Peñaloza, hasta que éste sacó una punta y se la puso en el cuello diciéndole que terminara de molestarlo. Como Camargo se mostraba reticente a dar un testimonio acorde, para `refrescar´ su memoria, se lo encerró en la alcaidía -celda contigua a la sala de audiencias donde esperan los procesados privados de libertad- durante un cuarto intermedio. Al regresar señaló tener miedo por amenazas por parte de la familia de Flores y dio una versión totalmente distinta a la que había dado antes del `refresco´ de memoria, no supo si ambos tenían cuchillos a la hora de la pelea o Peñaloza se lo quitó a Flores, cuando en sede policial había declarado que ambos tenían cuchillos. Un mismo testigo dio tres versiones distintas del hecho, con lo cual no quedó en claro cuál de sus tres posiciones, es la verdadera.
Sobre las supuestas amenazas, al parecer los testigos estarían entre la espada y la pared, porque viven en el mismo barrio donde viven los familiares de Flores, pero a su vez son jóvenes asiduos `visitantes´ de la penitenciaría, con lo que temen que en alguna de sus `estadías´ allí, sea Peñaloza el que tome desquite por sus testimonios.
Continuidad
Como ya no quedan testigos por pasar por la sala de audiencias, el tribunal ordenó que se le amplíe el estudio psicológico y socio-ambiental al procesado Jonathan Peñaloza para saber cómo ha evolucionado en estos últimos tiempos y se fijó audiencia para el viernes próximo, donde probablemente tengan que dar testimonio los profesionales que hagan el estudio al procesado.
Es muy probable que en la misma audiencia del viernes se escuchen los alegatos y el fallo por parte del tribunal.
Fiscalía de Cámara ha pedido 20 años de prisión para Peñaloza, pero se especula que no se lo condene a una pena mayor a los 15 años.
En contexto
El 23 de noviembre de 2011, a las 06:30 de la mañana, tras una discusión, Jonathan Peñaloza apuñaló a Ángel Flores en la esquina de 25 de Mayo y Mendoza. A Flores lo atendió una dotación del SEMPRO pero a las 08:00 de la mañana de ese mismo día dejó de existir.
Carlos Rubén Capella
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