San Luis (LaNoticia) 14-10-15. Ni el frío, ni la lluvia, ni el viento, pudieron frenar ni disimular la emoción que demostró el tercer contingente puntano de los veteranos y las viudas en la siesta de este martes cuando llegaron hasta el cementerio argentino de Darwin para rendirle un sentido homenaje a aquellos 237 soldado sepultados allí y a otros 412 que murieron a lo largo del conflicto bélico pero que no recibieron cristiana sepultura.
Esperaron y soñaron durante 33 años para llegar hasta estas tumbas, rezarles una oración, dejarles una flor, una estampita religiosa o un rosario. A 88 kilómetros de Puerto Argentino, el Himno Nacional retumbó en los confines del mundo y ni el frío penetrante pudo parar tanto patriotismo, ni acallar las plegarias que todo el grupo rezó y dedicó a las almas de los héroes que perdurarán en la eternidad.
Las lágrimas de dolor, pero también de alegría por llegar hasta donde estaba algún amigo, compañero o camarada de armas, fueron las únicas cosas calientes de una jornada fría y ventosa, como casi todas las de Malvinas.
Las viudas y los excombatientes colocaron más de 300 rosarios celestes y blancos en las cruces y lápidas de los muertos argentinos, algunos de ellos identificados y otros solamente con la inscripción “Soldado argentino solo conocido por Dios”.
El respeto por los caídos en combate y el silencio del lugar solo fue interrumpido por el silbido del viento que llegaba impiadoso desde el sur.
El cementerio de Darwin reúne a muchos soldados que perdieron la vida en cruentos combates con los enemigos por el dominio de Puerto Argentino. Así se libraron batallas prácticamente cuerpo a cuerpo en los montes Tumbledown, William, Harriet, Kent, Wireless Ride y el más sangriento en el Longdon, todos en los alrededores de esas posiciones, lugares logísticos clave en la custodia de Puerto Stanley.
“Aquí se combatía principalmente de noche. Los ingleses venían equipados con armas de visión nocturna, mientras que nosotros, teníamos cuatro o cinco visores para ver en oscuridad pero en todas las compañías apostadas. Eso les daba una gran superioridad sobre nosotros”, recordó Inocencio Carpio, uno de los oficiales que viajó desde San Luis para cerrar un capítulo más de su vida y honrar a los soldados caídos que estaban bajo su mando.
“Los ingleses desembarcaban por todos lados y había que cuidar a Puerto Argentino desde todos los flancos. Nuestros soldados pelearon bravamente pero no se pudo contrarrestar la ofensiva del enemigo”, agregó Carpio.
Fueron tan cruentos los combates en esos lugares que varios soldados ingleses también perdieron sus vidas como los paracaidistas británicos -algunas divisiones de escoceses- que fueron bombardeados por los aviones argentinos Skyhawk mientras transferían municiones y equipos a sus tropas. Prueba de ello, son los monolitos emplazados a la vera del camino y que demarcan tumbas de soldados británicos, especialmente enterrados en ese lugar por pedido de sus propios familiares.
Durante el camino al cementerio de Darwin, se transita por Goose Green un centro de cría de ganado ovino que hace que la isla sea la segunda productora más grande del mundo con 100 mil cabezas y detrás solamente de Ushuaia que lo supera en ese número. Tiene algo más de 50 habitantes y se transforma en el asentamiento más grande del archipiélago más allá de Puerto Argentino donde viven casi mil personas. El lugar es tristemente recordado durante la guerra, por ser el sitio de la primera batalla en tierra entre Argentina y el Reino Unido, las noches del 28 y 29 de mayo de 1982.
Todos esos sitios rodean al cementerio tienen una gran connotación histórica tanto para argentinos como para británicos, sin embargo es uno de los pocos lugares donde se puede mostrar sin tener problemas la Bandera Nacional, algo que los pobladores permanentes de Malvinas y los ingleses aceptan y respetan, más allá de las tiranteces que siempre surgen cuando se debe hablar y discutir de soberanía y libertad.
Por ello, visitar el cementerio de Darwin y homenajear a los soldados argentinos allí sepultados, es como cerrar un capítulo y pagar una deuda que se debe desde hace 33 años a nuestros héroes que dieron su vida y que honraron la letra de nuestra canción Patria porque juraron defenderla con gloria hasta morir… y así lo hicieron.
Carlos Rubén Capella
lanoticiaensl@gmail.com
Nota: Jorge Scivetti
Fotos: Héctor “Tino” Videla
Fuente: ANSL