«El crecimiento de la economía es muy grande, la recuperación del empleo es real y el consumo crece, pero tenemos que ponernos a trabajar todos para que la inflación no se vuelva ganancia de unos pocos y pérdida de muchos«, dijo el Presidente, Alberto Fernández, en el cierre de la Asamblea de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) que se realizó este jueves en Parque Norte.

La necesidad de mejorar el salario real o de al menos evitar su deterioro no es solamente política o moral, sino que también es una condición necesaria para que se sostengan en los próximos meses los números positivos de consumo y ventas y también de la inversión privada y de mejora del empleo.

«Entre el 2003 y el 2015, el salario real creció el 19 por ciento, o sea estuvo un 19 por ciento por arriba de la inflación. Ahora entre el 2015 y el 2019, el salario real cayó el 20 por ciento. O sea, todo lo que se logró conseguir, a lo largo de 12 años, se perdió en cuatro. Nosotros estamos reconstruyendo paulatinamente ese salario real, Pero da mucho trabajo. Y da mucho trabajo en un país que recibimos con 54 puntos de inflación. Allí se expresa claramente la puja distributiva. ¿Quién se queda con la utilidad? Todo esto además se complica porque hay una guerra y eso afecta las economías del todo el mundo», dijo el mandatario ante el auditorio pyme.

Pequeñas y medianas

Según los últimos datos que releva la propia Came, la actividad de la industria manufacturera pyme cayó 6,3 por ciento anual en febrero y acumula una baja de 8 por ciento en el primer bimestre del año. El uso de la capacidad instalada se ubicó en el 70 por ciento, 1,3 puntos por encima de enero.

«Desde diciembre pasado las familias orientaron una mayor proporción de su consumo a turismo, ocio y recreación, y la industria lo sintió. Además, hubo faltantes de insumos y modificaciones de precios que pusieron en pausa algunos pedidos de producción previstos. Las empresas exportadoras también sufrieron el impacto de la menor demanda internacional de algunos países», indicó la entidad.

El informe también destaca que el 66,6 por ciento de las pymes consultadas evaluó la situación actual de su empresa como buena o muy buena y que se redujo 3,7 puntos a hasta el 58,6 por ciento la cantidad de empresas de la muestra que trabajaron con rentabilidad positiva. «Esa reducción se relaciona con los aumentos en los precios de algunos insumos, especialmente en alimentos y bebidas y productos de metal, maquinarias y material de transporte», detalla el trabajo.

«En nuestra Secretaría de Pymes nunca van a encontrar un secretario que les diga que lo mejor es que importen o que confeccionen la ropa en Vietnam o en China», dijo Fernández, en relación a una anécdota que suele contar Matías Kulfas, que le atribuye a Francisco Cabrera, ex ministro de Producción durante el gobierno de Mauricio Macri, haber sugerido a industriales que les convenía reconvertir su negocio a la importación, en vistas de una supuesta inviabilidad.

De acuerdo al último informe del CEP, que depende del Ministerio de Desarrollo Productivo, «la industria argentina creció en el primer bimestre del año casi 4 por ciento respecto al mismo período de 2021 y tuvo el mejor arranque de año desde 2018. Si bien en enero la producción se había vio afectada por el incremento de los contagios de la Covid-19, las paradas parciales de planta por adaptación de líneas de producción y algunos cortes energéticos en la segunda semana del mes, en febrero, la producción logró repuntar y el índice de producción industrial para ese mes fue el más alto desde 2016″.