San Luis (LaNoticia) 06-08-2020.   Otra trágica noticia para San Luis, en una práctica, un piloto de Villa Mercedes perdió la vida tras estrellarse su caza A4AR en el sur de la Provincia de Córdoba.

“En la mañana de hoy, mientras dos aeronaves A4AR se encontraban cumplimentando el plan de adiestramiento previsto por el Grupo 5 de Caza, situado en la localidad de Villa Reynolds San Luis, una de ellas fue protagonista de una eyección en la cual lamentablemente, perdió la vida el Capitán Gonzalo Fabian Britos Venturini. El piloto fue hallado sin vida cerca del lugar de la eyección, por personal de Búsqueda y Rescate de la 5ta brigada aérea que, rápidamente fue desplazada al lugar, luego de darse la alerta correspondiente” fue el comunicado de la Fuerza Aérea.

Momento del accidente

Hasta el momento, se desconocen las causas que produjeron la eyección, activándose los protocolos establecidos para la determinación e investigación de las mismas.

Restos de la nave

Carta de un amigo del piloto

Por Ulises Del Grecco:

Hace varios años que no pienso en términos de Patria ni de País, en la medida en que no sé lo que es la Patria, no entiendo a este país, y porque hace mucho que vivo en un mundo donde no existe Britos Venturini; pero qué fácil es imaginar lo distinto que sería todo si hubiera un puñadito de tipos como él desparramados por todas partes. En cualquier caso, si es posible enunciar algo a propósito del país (que no creo), lo único que se me ocurre intuitivamente es que no se merecía a mi amigo. 

Hoy la fuerza aérea está inconcebiblemente peor que ayer. Los que fuimos sus amigos sabemos que en el fondo no tenía amigos, que solamente quería a su madre y a su difunto abuelo, el viejo Venturini. Siempre fue el primero de todos nosotros y es el primero que se muere. Es cierto que no andaba por el mundo ayudando a los «incapaces» (todos éramos más o menos incapaces a sus ojos, casi siempre con razón), pero destapaba fibrones con las muelas y rayaba pizarrones y le explicaba a cualquiera cualquier cosa. Tampoco era perfecto, pero era todo lo perfecto que se le puede pedir a un hombre de armas, con decir que no había nadie que no pareciera un poco imbécil al lado de él (tartamudeaban, superiores y subalternos).

El género anecdótico ―él lo sabía― es infantil, ridículo. Siempre le falta o le sobra algo. Sin embargo, a lo último (se había metido en mi pieza cuando yo no estaba, había estado chusmeando mis libros), me dijo: «Ahora sé por qué te vas». Yo, que no soy tan lúcido, no me explico por qué se mató. Probablemente por él mismo y por su madre. Si murió por una fuerza aérea que no existe, y por una Patria que existe menos, es difícil pensar en el ejemplo que nos dejó. Él era ejemplar hasta la intimidación; su muerte, lo dudo muchísimo.

Pueden decirse cosas parecidas de otras personas en las fuerzas armadas. Pero nadie bebía de esa copa, hasta donde yo sé. Era inimitable. Pensaba en un idioma que sólo él entendía y murió hablando como los pilotos de combate, en un aire-aire contra él mismo. Está en el cielo de los mejores. Nunca lo vamos a olvidar (ni queriendo).