Un día después de la conferencia de «los aliados» contra el EI, celebrada en París, una fuente de la Cancillería siria, citada por la agencia oficial SANA, condenó el apoyo explícito de Estados Unidos y sus aliados a las milicias opositoras sirias, las mismas que en los primeros años de la guerra civil pelearon codo a codo con el EI.
Pese al optimismo expresado por los funcionarios de Estados Unidos e Irak, el gobierno sirio interpretó la cumbre de la víspera en París como un nuevo «fracaso» en la lucha de Washington y sus aliados contra el EI. «Mientras el Ejército sirio combate el terrorismo (…), el gobierno francés, motivado por intereses materiales y su herencia colonialista, trabaja para socavar nuestros esfuerzos e incluso envía apoyo militar a grupos terroristas. Eso los hace cómplices del derramamiento de la sangre siria», sentenció una fuente de la Cancillería siria, citada por la agencia de noticias EFE.
El funcionario agregó que resultó «sospechoso» que países como Arabia Saudita, Turquía y Qatar participaran en la reunión de París ya que «todo el mundo sabe de su papel destructivo, que se manifiesta proporcionando todo tipo de apoyo a las organizaciones terroristas armadas y facilitando su entrada a Siria».
Desde el principio de la guerra civil siria, hace más de cuatro años, y que ha dejado al menos 220.000 muertos y cerca de la mitad de la población desplazada o refugiada en países vecinos, Damasco acusa a las potencias regionales y occidentales de financiar y armar a muchas de las milicias opositoras para garantizar el derrocamiento del gobierno de Bashar al Assad, profundizando la violencia y multiplicando los combates y los atentados.
Damasco mantiene una declarada rivalidad con las potencias occidentales y sus socios en Medio Oriente, pero, sin embargo, el año pasado aceptó casi tácitamente su campaña de bombardeos aéreos contra los extremistas del EI, que pelean tanto contra el Ejército sirio como contra la mayoría de los grupos opositores.
Pese a las críticas de Siria, el enviado de Estados Unidos a la cumbre, el subsecretario de Estado, Antony Blinken, anunció que la coalición internacional eliminó a más de 10.000 combatientes islamistas en los nueve meses que lleva la campaña de bombardeos aéreos contra el norte y el oeste de Irak, que luego se amplió a la vecina Siria.
Sin embargo, tanto en Irak como en Siria, ni los bombardeos ni la millonaria ayuda militar y logística a distintas fuerzas locales lograron frenar el avance de los islamistas, que en las últimas semanas tomaron la estratégica ciudad de Ramadi en el oeste de Irak, y las ruinas históricas de Palmira, en el centro de Siria.