La rosca electoral, el festival de pases y la unidad de la izquierda
Por:
Johana Gómez.
Pre-candidata a Diputada Nacional.
Frente de Izquierda – Unidad.
Durante las últimas semanas y en estos últimos días se terminó toda la rosca esquizofrénica del cierre de alianzas electorales y de presentaciones de listas y pre-candidaturas. Hubieron: “panquequeadas” de todo tipo, como la de Miguel Ángel Pichetto, el peronista ahora devenido cambiemita / macrista; reconciliación con traidores, como la de Cristina Kirchner con Sergio Massa; y el acuerdo de Lavagna y Urtubey, quienes se terminaron juntando igual, muy a pesar de que la gran mayoría del arco político les soltó la mano.
Entre tantas idas y vueltas, entre tanto olvido de las ideas y los programas políticos, entre tantos oportunismos y arribismos, y entre tantos peronistas en cada acuerdo y frente electoral, la única novedad que contrastó fue la alianza histórica que hizo la izquierda, lanzando el Frente de Izquierda y de Trabajadores – Unidad, en el que se unieron distintas fuerzas anti-capitalistas que plantean la necesidad de que no sea el pueblo trabajador el que pague con su hambre una crisis económica generada por la casta política gobernante, el empresariado y los organismos de crédito internacionales, como el FMI.
Cambiemos, macrismo y peronismo: pacto blanqueado.
La pre-candidatura del peronista y derechista Pichetto como Vice-Presidente de Macri refuerza lo que ya se rumoreaba y se percibía en el aire: sin su cintura para la negociación en el Congreso Nacional, al macrismo no le hubiera sido posible pasar el ajuste. Más que una “panquequeada”, es un blanqueo de un pacto político de años, que tuvo como principal consecuencia garantizarle gobernabilidad al gobierno nacional, sancionándole leyes vitales para los intereses políticos y económicos cambiemitas.
Con esto, ahora es más que evidente que el macrismo tuvo al peronismo como aliado indispensable para su gobierno y, para las Elecciones Nacionales de este año, van juntitos en la foto de la boleta presidencial, que no ofrecerá otra cosa más que crecimiento de la pobreza y la desocupación, programas de “precarización laboral 2.0”, y mayor represión con la promoción del gatillo fácil, la criminalización de la protesta y la pobreza, y las políticas anti-inmigratorias.
El Frente de Todos… los anti-derechos, los traidores, los “panqueques” y los burócratas sindicales.
De los creadores de “no se enojen con la Iglesia” y “no hay necesidad de avanzar tan rápidamente en la legalización del aborto”, la alianza Alberto Fernández / Cristina Fernández Kirchner finalmente cerró un acuerdo con Massa, dando vida al “Frente de Todos”, un rica y completa ensalada de peronistas de distinta cepa, traidores incluidos.
A medida que se van conociendo las propuestas de este frente electoral, se van conociendo los engaños que hay por detrás de aquellas. En el marco del creciente desprestigio del macrismo, hacen campaña diciendo que si se vota por otro gobierno se va a estar mejor. ¿Qué tipo de gobierno? Aquí viene la magia del nombre “Frente de Todos”: un frentón con políticos como Sergio Massa (quien aportó los votos de su Frente Renovador en el Congreso Nacional para pasar las principales leyes de ajuste de Macri) con lobbystas como Alberto Fernández (el amigo de Clarín y de las patronales del campo) y con toda la casta de la burocracia sindical que dejó pasar el ajuste desde sus sillones, con paros domingueros y planes de lucha inexistentes.
Entonces, ¿cuál es la propuesta de esta alianza? Nadie la pudo adivinar del todo, pero lo que sí se dijo es que van a “renegociar con el FMI”. ¿Qué significa esto en realidad? Más reformas anti-populares, ajuste, despidos, hambre, escuelas y hospitales sin presupuesto, y faltante de viviendas, porque lo único que les importa realmente es no “quedar mal” con el Fondo y pagarle hasta el último centavo.
De más está decir que este es un frente que deja afuera también el reclamo de las mujeres por el derecho al aborto. Si el kirchnerismo, teniendo mayoría en el Congreso Nacional cuando fueron gobierno y pudiendo votarlo a favor, no lo legalizaron, ahora, teniendo alianzas con referentes anti-derechos y los pañuelos celestes, está claro que la vida de las mujeres tampoco no es una prioridad para ellos.
La izquierda, siempre del mismo lado.
La única coalición política que mantuvo su coherencia es el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, que logró ampliarse con nuevos aliados. Esta unidad fue lograda bajo un programa que plantea como perspectiva que la crisis actual sea pagada por los sectores más ricos y acaudalados del país.
A diferencia del oportunismo y el festival de pases de la casta política gobernante, el mensaje de la izquierda en esta campaña tendrá un cometido claro: decirle la verdad a las grandes mayorías. Esto es que, más allá de toda la demagogia que se escuche durante la campaña, hay que prepararse para enfrentar los planes del FMI si no se quiere que otra vez – como en el ‘89-‘91, el 2001 y otras crisis – el resultado sea el aumento de la pobreza y la decadencia de las condiciones de vida del pueblo trabajador.
Por otro lado, hace poco tiempo, el Congreso Nacional aprobó la Ley de Financiamiento Político, autorizando a los empresarios a financiar las campañas electorales. De este modo, los poderosos podrán “comprar” directamente a las candidatas y los candidatos para que gobiernen para ellos en caso de ganar. Lo mismo de siempre, pero ahora legalizado.
En ese sentido, como bien señalaron Nicolás Del Caño y Romina Del Plá (pre-candidato/a a Presidente y Vice-Presidenta de la Nación por el Frente de Izquierda – Unidad), la izquierda será la única fuerza que no recibe ni recibirá el dinero de los empresarios, por lo que su campaña electoral estará hecha en base a la militancia y las convicciones de miles de trabajadoras, trabajadores, mujeres, jóvenes, estudiantes, jubiladas y jubilados para llegar con sus ideas y propuestas a cada rincón del país.
Además, el FIT – Unidad mantendrá un criterio de rotación para el ejercicio de las bancas parlamentarias que eventualmente sean conquistadas, las cuales serán puestas al servicio de las luchas de la clase trabajadora, las mujeres y la juventud, destacando que en este espacio político nadie se atornilla a sus sillones.
Y, también, sus legisladoras y legisladores seguirán cobrando el mismo salario que un/a docente, y continuarán donando el resto de sus dietas a las luchas y causas populares que así lo necesiten, ya que para el Frente de Izquierda, la política no es una vía de enriquecimiento personal, sino una vía de lucha para la real transformación de la sociedad, basada en las necesidades de las grandes mayorías y no en la ganancia o el lucro individual y privado.
Con tales perspectivas, la izquierda plantea el único programa realista para que la crisis no la paguen otra vez las grandes mayorías, invirtiendo las prioridades: primero las necesidades del pueblo trabajador, como el trabajo, la educación, la salud y la vivienda; primero las demandas de las que nadie habla, como las de la juventud precarizada; primero el derecho al aborto legal, libre, seguro y gratuito; y no los intereses de los especuladores del capital financiero (FMI) ni de otros grandes empresarios.