Recientes encuentros políticos en el Municipio de San Luis, con origen en cuestiones propias de gestión, ponen de manifiesto que existe voluntad suficiente para que la provincia en su conjunto salga más pronto que tarde, de la patología institucional en la que está inmersa y vuelva a transitar el camino hacia la normalidad.
La alternativa de gobierno que las silenciosas mayorías demandan desde hace largo tiempo, será construida por los dirigentes de mayor relevancia de la oposición provincial, en la medida que sus oídos estén puestos en las necesidades reales del pueblo sanluiseño, pero fundamentalmente cuando las convicciones superen las conveniencias y los privilegios a los que algunos aspiran, quienes más de una vez con rostro opositor fueron parte del juego funcional al oficialismo. Ejemplos hay de sobra y es hora de aprender de la experiencia para no tropezar con la misma piedra. El desafío que impone la soberanía popular es claro y contundente: “con los dirigentes a la cabeza” para que no lleguemos a aquello de “con la cabeza de los dirigentes”.
En el Saán Luis de 2018 ya sabemos quién es quién. El frente a construir es uno solo y quien se plantee como tercera alternativa, solo juega para que los mismos de siempre sigan en el poder, por el poder en sí mismo.
Es tiempo de depuración y los partidos y espacios que no comulgan con el régimen de Saán Luis sean realmente decantados y que en su seno permanezcan solo los que quieren cambiar la perversidad vigente y no servirse de ella para satisfacción de sus insaciables necesidades.
Solemos decir que ser opositor en Saán Luis es un lujo muy caro y que ese costo no necesariamente tiene que ver con montos dinerarios, sino que estriba en los obstáculos que los dominantes del poder ponen a diario en el accionar personal, laboral o profesional de quienes sin temor les resistimos. No importa. Siempre serán superadas esas vallas en la medida que la fuerza de las ideas impulse la construcción real de la única alternativa de gobierno que es imprescindible presentar en 2019 a través de un Gran Acuerdo Provincial y así, demostrar con actividad y conducta, que lo mejor que le puede pasar a la provincia es dar una vuelta de página en el ejercicio del poder.
Dar vuelta la página de la historia reciente depende de los dirigentes de la oposición y de quienes ocupan funciones públicas en representación de los miles de comprovincianos democráticos que no queremos para nuestros hijos una “beca” como instrumento para su desarrollo integral como personas, sino la existencia de políticas de Estado que comprendan el desarrollo y que se distingan por la prioridad al trabajo, la educación, la salud, la vivienda digna y la justicia.
En consecuencia, las muestras de acercamiento entre diversos representativos sectores de la política provincial, trasladan las brisas del aire nuevo que este Saán Luis necesita para volver a ser el San Luis del que nunca debimos haber salido.