Con muchas ganas de escribir sobre la Argentinidad al Palo… Pero vamos a la Seguridad vial, y desde Clases de Manejo… siempre visto como un hecho social.
Los conductores de vehículo cualquiera sea su porte, adquiere especial importancia cuando quien maneja tiene sobre sus espaldas el riesgo de vida de las personas que lleva en su vehículo y además de las otras que se pueden cruzar en su camino. De allí la importancia del examen médico de ingreso que se debe realizar con sus distintas implicancias por el gran riesgo a que se ven sometidos.
Así mismo tienen una serie de condicionantes especiales que deben superar, como es el permanente estado de atención y concentración a consecuencia de la tensión y el estrés a que se ve sometido por el tránsito vehicular. La mayoría de las veces es un trabajo en solitario, lo que determina en muchas ocasiones, efectos psicológicos indeseados, trastornos psicosomáticos y sociales que también agravan su estrés.
En sus labores están casi todo el tiempo en forma sedente, pero en continua tensión, expuesto a constantes ruidos, vibraciones, malas posiciones y malos tratos a veces de otros conductores, de los actores viales y así también de los pasajeros que transporta. Todo esto agravado, para aquellos que viajan por el interior de nuestra hermosa Provincia, por tener que recibir dinero y dar un vuelto para cobrar el pasaje.
Los ruidos de la calle o de la ruta pueden producir alteraciones de su sistema auditivo y las vibraciones pueden afectar su columna vertebral. Las malas posiciones pueden producir alteraciones de la misma y, por tanto, un cambio de presiones en los discos intervertebrales, que se pueden traducir en dolor e impotencia funcional o hernias de disco. A veces este puesto de trabajo se realiza en un espacio reducido que no reúne las condiciones para realizar el trabajo con cierto confort, y además en el interior del vehículo hay continuos cambios de temperatura por la entrada y salida de pasajeros.
En definitiva, el lugar y el puesto de trabajo, son generadores de patologías y enfermedades profesionales diversas, que es necesario tener en cuenta, a la hora de valorar la salud de este trabajador.
El trabajo a la intemperie y a veces la carga y descarga. También puede haber riesgos químicos producidos por el gas carbónico de la combustión del motor o por productos tóxicos transportados. Pero los riesgos que tienen mucha importancia son los riesgos fisiológicos: tales como la fatiga crónica, el aburrimiento, el hastío y los trastornos en el ritmo circadiano, por manejar de noche y dormir de día.
Además, ciertos trastornos abdominales y digestivos por falta de reposo adecuado, exceso de peso por poco gasto energético debido a la escasa actividad física o por la ingesta en demasía para mantenerse despierto cuando se maneja de noche.
Por lo general el conductor de grandes vehículos es un sector muy poco sensibilizado en la cultura preventiva y a veces están formados erróneamente en la creencia de que “ellos, todo lo pueden”. Partiendo de esa base se crea un incentivo personal tratando de realizar más horas de trabajo que las realmente aconsejadas para su tarea, lo que constituye un estresante más.
En conclusión lo invito a sentarse cerca de un chofer de colectivos y verá cómo van sorteando diferentes obstáculos, baches, un motero que hace una maniobra temeraria, un peatón tecnológico que cruza la calle a media cuadra y sin prestar atención, esquiva un ciclista que pasa en rojo, haciendo que las protecciones sean al cuete en su ineficaz uso ante semejante mole lanzada, un tachero que lo insulta porque no lo deja levantar un pasajero en su parada… y así continuamos, que en todos esto queremos que decida situaciones que tienen que estar normadas dentro de un vacío legal llegando a la utopía el querer el bienestar de todo el colectivo que portan los actores viales.