“¿Podés subir el volumen?”, le pidió Pablo Alabarces al sonidista de unas de las charlas abiertas que se llevaron a cabo antes de ayer en el cuarto piso del CCK, en el marco de La Noche de la Filosofía. El micrófono lo tenía en una mano el filósofo Diego Singer. En la otra, Singer agarraba el documento que habían firmado junto con Alabarces y otros participantes de ese encuentro, en repudio a los despidos de Télam y en exigencia de la reincorporación de los trabajadores. Por orden de Marcela Boeris, una de las funcionarias responsables del evento organizado por el Sistema Federal de Medios Públicos, el volumen no subió durante la lectura del texto y se apagó cuando Singer le cedió el micrófono a uno de los trabajadores de la agencia. A viva voz, terminó explicando el reclamo que mantienen por la reincorporación de los más de 350 puestos de trabajo recortados por Hernán Lombardi. “Esto es un claro acto de censura”, denunció el filósofo Alejandro Boverio.
Rodeado de trabajadores de Télam con carteles en rechazo a los despidos, Singer leyó el manifiesto en el que los filósofos expresaron su solidaridad con los 357 trabajadores/as despedidos/as de Télam y exigieron su “inmediata reincorporación, así como el fin de toda otra política tendiente a empobrecer y limitar la libertad de información y el debate público”. Además de él, Boverio y Alabarces, acompañaron la nota Ezequiel Adamovsky, Lucía Alvarez, Esteban Buch, Diego Escolar, Maristella Svampa, Darío Sztajnszrajber, Horacio Tarcus y Pablo Wright, entre otros. Muchos de ellos estaban ahí y denunciaron como Boverio que la actitud de los organizadores de “acallar las voces” era un acto de censura.
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Antes de la lectura pública, los filósofos y pensadores explicaron a PáginaI12 que sintieron una “provocación” y una “profunda incomodidad” por participar en un encuentro convocado por el área responsable de los despidos de Télam. “Nos preguntamos qué tipo de rol tenemos que cumplir en un encuentro del que Lombardi se jactó durante la misma entrevista en la que presumió de los despidos”, sostuvo Alabarces. Svampa explicó que evaluaron la posibilidad de retirarse del evento pero luego decidieron “usar el espacio para contestar”. “Darle lugar a la gente de Télam, leer esta declaración y expresar nuestra disconformidad no solo con las políticas culturales y de medios de este gobierno sino también con las políticas públicas en general”, completó. Algunos, como Svampa, volvieron a leer el manifiesto en sus espacios de expresión pautados durante la Noche de la Filosofía. otros, como Alabarces y Adamovsky, invitaron a los trabajadores y delegados de Télam a hacer uso de la palabra. Lucía Álvarez les cedió el tiempo completo de su exposición. Boverio fue de la veintena de pensadores que participaron de la AntiNoche de la Filosofía, organizada por los trabajadores en la puerta de la sede de la agencia que queda en Belgrano 347.
“Es muy importante poder trabajar”, explicó uno de los despedidos. Lo hizo a viva voz, mientras en las otras rondas del “Agora de diálogo”, los parlantes escupían decibeles exagerados. “Somos todos trabajadores. No hay actividad militante en Télam. Están echando a gente que hace 30 años que trabaja en la agencia, de todas las ideologías. Es lamentable”, remarcó. Lo aplaudieron. Varias personas se quejaron de que les cortaran el micrófono. Una de ellas, que vio a Boeris dar la orden, le pidió explicaciones. “Este es un espacio público, lo pagamos todos, no pueden decidir quien habla y quien no”, la increpó. “Si, lo pagamos caro. Porque se robaron todo”, contestó la funcionaria.