La situación de la salud pública en la provincia es cada vez más alarmante. A la des-financiación y el vaciamiento de los hospitales y centros de salud públicos, ahora se les suma el ataque a los trabajadores.
Hace 35 años que el “Partido Justicialista” local gobierna la provincia y el vaciamiento de la salud pública es cada vez más grave. Pasaron los gobiernos de Adolfo y Alberto Rodríguez Saá, Alicia Lemme y Claudio Poggi, todos dirigentes del pejotismo puntano, y la política hacia la salud viene siendo la misma: acabar con los “gastos” que genera el deber del Estado de garantizarle al pueblo trabajador de San Luis el derecho a una salud pública, gratuita y de calidad.
Con esta lógica, los problemas estructurales del sistema de salud provincial salen a la luz cada vez que los hospitales y centros de salud reciben a los miles de pacientes que buscan diariamente atención médica: largas colas para conseguir turnos, listas de espera para las cirugías y estudios médicos, cierre de salas enteras e interrupción de servicios, malas condiciones edilicias, faltante de trabajadores y profesionales de la salud, y falta de infraestructura, aparatos médicos e insumos.
Pero esto no es todo. A la política de des-financiamiento del gobierno provincial se le suma ahora el ataque a los trabajadores del sector, despidiendo arbitrariamente a más de 160 y llevando a cabo traslados arbitrarios, desafectaciones laborales, aprietes y amenazas que, lógicamente, deterioran aún más a la salud pública.
Además de que tienen uno de los sueldos más bajos del país, la mayoría de los trabajadores profesionales y técnicos de la salud son nombrados con contratos basura que se renuevan cada 3 tres meses, habiendo trabajadores con más de 20 años de antigüedad que se encuentran en una situación de precariedad laboral que afecta a todos por igual, y quedando a merced de las decisiones políticas de los partidos gobernantes de turno.
Todo esto comprueba que la crisis del sistema provincial de salud pública es producto de años de una política gubernamental orientada a su vaciamiento en beneficio del negocio millonario de la salud privada. En ese sentido, el razonamiento de la casta política puntana es el siguiente: quien quiera acceder a la “buena” salud y a una atención médica de calidad que se las pague; quien no quiera o no pueda hacerlo que se banque los hospitales públicos tal cual están.
El pueblo trabajador de San Luis no puede acceder a la salud que se merece porque para los Poggi, los Lemme y los Rodríguez Saá, la prioridad está en el lucro inescrupuloso que genera el negocio millonario de la obra pública innecesaria (como las réplicas del Cabildo y la Casita de Tucumán, el Complejo “La Pedrera” o diversos emprendimientos turísticos), atacando los derechos de los trabajadores de la salud, en desmedro de garantizarle a las mujeres, los trabajadores, la juventud y los jubilados de la provincia una salud pública y gratuita que sea de calidad.
Por todo ello, es más necesaria que nunca la organización de los trabajadores de la salud. La bronca que genera la situación de la salud pública en la provincia debe ser canalizada hacia una lucha conjunta de ellos junto con el pueblo trabajador (pacientes), exigiéndole al gobierno nacional de Macri y al gobierno local de Rodríguez Saá mayor presupuesto para la salud pública y un sistema de salud que sea único, integral, público, gratuito, universal y de calidad.
Por Johana Gómez – Referente Provincial del PTS – Frente de Izquierda