Un informe del Alto Comisariado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas indicó que la milicia jihadista en Irak cometió crímenes de guerra, asesinatos contra civiles, torturas, violaciones, esclavización sexual, reclutamiento de niños y conversiones religiosas forzadas contra etnias, y por ello pidió la intervención de la Corte Penal Internacional (CPI).
Las acusaciones de genocidio contra el EI se refieren al asesinato intencionado de cientos de personas de la minoría religiosa de los yazidíes por parte de jihadistas en el norte de Irak. Además masacraron a chiitas y miembros de otros grupos religiosos y étnicos.
El informe del Alto Comisionado se basó en testimonios de más de 100 testigos y remarcó que la violencia del EI se dirigió particularmente contra los yazidíes, con la intención de «exterminarlos como grupo». Por ello puede hablarse de «genocidio», afirmaron.
Los investigadores apelaron al Consejo de Derechos Humanos que sesiona en Ginebra actualmente que pida al Consejo de Seguridad de la ONU de Nueva York la persecución de esos crímenes en Irak. A su vez, este gremio debe encargárselo a la CPI.