Como parte del giro discursivo del Gobierno respecto a la desaparición de Santiago Maldonado, el secretario de Seguridad Interior, Gerardo Milman, se reunió ayer con el juez federal Guido Otranto para acercarle documentos que contienen supuesta «información relevante» para la causa.
Afirmó que se trata de «fotos y testimonios relevantes”, que recién a 41 días de la desaparición del joven, y luego de caída la hipótesis a la que apostaba el Ejecutivo, estarán en manos de la Justicia.
Desde la semana pasada comenzó un leve viraje en el discurso oficial, que en principio era de absoluta defensa de la Gendarmería. La propia ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, llegó a asegurar en el Congreso que la hipótesis más fuerte era “la del puestero”, que afirmaba que Santiago había sido apuñalado en una estancia de Epuyén. Las pruebas de ADN finalmente desmintieron eso y el Gobierno comenzó a admitir la posible responsabilidad de los agentes de la fuerza de seguridad. Sin embargo, ahora la idea que se busca instalar es la del “gendarme solitario”.
El sábado, el coordinador de políticas públicas de la Jefatura de Gabinete, Hernán Iglesias Illia, dijo que “lo que más probablemente haya pasado, o lo peor que podría haber pasado, es que algún gendarme suelto le haya pegado a Santiago Maldonado sin saber que lo estaba hiriendo gravemente”. Esa misma línea insinuó la semana pasada el jefe de Gabinete Marcos Peña al exponer en el Senado, cuando sostuvo que desconocía “si hubo uno, dos o tres gendarmes” responsables.
El que rompió el silencio fue el juez Otranto, a cargo de la causa por la desaparición y también quien ordenó el desalojo de la ruta el 1° de agosto que derivó en la represión a la comunidad mapuche Lof en Resistencia de Cushamen. «Esta semana deberían estar los resultados de las pruebas de ADN de la ropa que nos aportaron y de todo lo que se encontró en las camionetas (de la Gendarmería)», sostuvo Otranto, quien agregó que la dificultad para obtener los resultados fue por «la cantidad de muestras biológicas que se tomaron».
Sobre la posibilidad de tomar declaración a los gendarmes, el juez aclaró que «en esta causa aún no han declarado, ya que para definir en qué situación van a presentarse a declarar, se necesita tener el resultado de las pruebas de ADN». Además dijo que recibió de parte del secretario de Cooperación con el Poder Judicial, Gonzalo Cané, «unas actuaciones internas de Gendarmería» realizadas tras el cuestionado operativo del 1° de agosto.
«El secretario de cooperación con los poderes judiciales trajo unas actuaciones internas de Gendarmería que consideran que son de relevancia para la acción de habeas corpus que mañana se van a poner en consideración de las partes», señaló Otranto. La semana pasada, la familia de Santiago Maldonado denunció en conferencia de prensa que los libros de los escuadrones de Gendarmería que fueron secuestrados en el marco de la causa se encontraban adulterados, con hojas agregadas con pegamento y fechas tachadas y corregidas.
Para el magistrado, además de esperar los resultados de los ADN, «hay que seguir con las declaraciones testimoniales (de personas) que vieron el momento en que a Santiago Maldonado lo habrían cargado a una camioneta y después ver las actuaciones que presentó el Ministerio de Seguridad para ver qué relato hicieron los gendarmes y ver si de ahí surge algún elemento como para convocarlos y en qué calidad». Indicó que los jefes de la Gendarmería «declararon en la causa del corte de rutas como es de rutina en ese tipo de procedimiento», pero no aún en la causa por la desaparición de Maldonado.
Otranto adelantó también que «van a continuar hoy» los rastrillajes en el río Chubut, que fueron rechazados por la familia de Santiago al entender que contradicen las pruebas y testimonios que constan en el expediente judicial. «Los rastrillajes serán río abajo, hasta que la Prefectura diga que ya no es necesario», explicó el magistrado, quien también argumentó «no fue por una cuestión de respeto a la `Tierra Sagrada´ que no se ingresó a rastrillar la zona en los primeros días, sino porque no había posibilidad de imponerse físicamente».