En una maniobra calculada y con la colaboración del presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, el macrismo del Consejo de la Magistratura suspendió e inició juicio político al camarista federal Eduardo Freiler.
El oficialismo aprovechó una mayoría circunstancial que se generó por la expulsión del senador del Frente para la Victoria Ruperto Godoy determinada por una sentencia judicial y por la decisión de Lorenzetti de postergar por unas horas la jura de su suplente, el senador Mario Pais.
Para iniciar un jury se necesitan dos tercios de los votos. Con la composición habitual de trece miembros del organismo, hacen falta nueve. Como a Godoy le impidieron votar por considerarlo fuera del cuerpo, dieron por buenos los ocho votos. El desenlace no es un hecho aislado sino parte de un proceso de colonización del Poder Judicial que inició Mauricio Macri con el nombramiento por decreto de dos jueces de la Corte Suprema apenas asumió la presidencia.
Freiler integra una suerte de lista negra de los jueces que el Gobierno quiere echar porque no le agradan sus decisiones: en su caso, por ejemplo, haber insistido en la indagatoria de los CEOs de Clarín y La Nación por la apropiación de Papel Prensa, apartar a Claudio Bonadio del caso Hotesur y avalar el archivo de la denuncia de Alberto Nisman contra Cristina Fernández de Kirchner por encubrimiento.
El oficialismo ya había intentado votar el juicio político contra Freiler por supuesto enriquecimiento ilícito pero no consiguió los votos, porque el académico Jorge Candis no estaba de acuerdo. La dificultad de en varios casos para alcanzar la mayoría, dado que el cuerpo está dividido y hay uno o dos consejeros que no votan siempre igual, derivó en iniciativas para intentar incidir en la conformación del organismo.
La denuncia de un ex consejero macrista, Alejandro Fargosi, fue la que marcó la suerte de Godoy. El juez en lo contencioso administrativo Enrique Lavié Pico le dio la razón al decir que el senador no podía ser consejero por no tener título de abogado.
Lavié Pico es el mismo juez que tiene una denuncia contra el diputado macrista Pablo Tonelli por quedarse con una banca del Consejo de la Magistratura que le corresponde al Frente para la Victoria, pero nunca la resolvió. La Cámara del fuero avaló la exclusión de Godoy y la semana pasada ordenó ejecutar la sentencia. El kirchnerismo designó un nuevo suplente para el senador ante la posibilidad de que no pudiera asumir. El anterior, Rodolfo Urtubey, ya no les inspiraba confianza desde que se acercó al oficialismo. Esta semana eligieron a Pais. Lo que vino después fue una secuencia increíble.
Lorenzetti había convocado a Pais para tomarle juramento a las 9 de la mañana. El senador llegó junto con Godoy y con su par Virginia García. El plenario del Consejo estaba para convocado para las 10. El tema “Freiler” estaba en la mitad del orden del día. El presidente supremo de pronto les dijo que debería postergar la jura porque hacía falta que todos los jueces de la Corte firmaran una acordada para hacerlo, algo inédito que dejó perplejos a los tres senadores. Según relataría después García en el plenario, les dijo que se quedaran tranquilos, que Godoy podía seguir integrando el plenario hasta que la Corte se pronunciara sobre su situación. Pero desde el Consejo les avisaban que el plenario estaba por comenzar, y que podía pasar cualquier cosa. Y así fue. Godoy y García cruzaron corriendo la plaza Lavalle, en diagonal hacia el Consejo, que está sobre la calle Libertad. Ambos se sentaron en el plenario.
La presidenta del Consejo, la abogada macrista Adriana Donato, dijo que iban a cambiar el orden del día y que primero que nada trataría el pedido de suspensión de Freiler, impulsado por un dictamen de Tonelli. El respresentante del Gobierno, Juan Mahiques, pidió que se votara sin discusión. La oposición comenzó a protesar y pidió la palabra. Cuando Godoy quiso hablar Donato le dijo que no estaba habilitado. García relató lo que había pasado en la Corte, y que la jura de Pais sería al mediodía. Pero a la mayoría no le importó nada. Ni siquiera llegaron a levantar la mano los ocho oficialistas (entre legisladores, abogados y jueces) que ya dieron por aprobada la suspensión y apertura del jury.
Entre las varias estrategias que viene desplegando para penetrar y disciplinar al Poder Judicial, el oficialismo del Consejo hizo entrar por la ventana a Carlos Mahiques, el padre del consejero, a la Cámara de Casación Penal con un traslado definitivo pese a pertenecer a otra jurisdicción y no haber concursado para ese cargo; nombró como subrogante (tras fracasar en darle un traslado definitivo) en el juzgado electoral de La Plata a Juan Manuel Culotta, cercano a Macri, que era de Tres de Febrero y ahora hará el escrutinio de las elecciones del domingo último en el distrito más grande; con una ley sancionada a fin de 2016, están armando los tribunales orales federales, trasladando jueces que se votan con mayoría simple del Consejo: son los jueces que juzgarán casos de corrupción del kirchnerismo y el macrismo.