¿Se incrementa el riesgo de sufrir accidentes por el color de tu vehículo? Clases de Manejo “San José” te despeja algunas dudas sobre el tema…
Una persona al volante detecta la presencia de un automóvil por el reflejo de éste. Es por ello, que en la oscuridad autos negros pasan totalmente desapercibidos. De esta forma se comprueba la razón por la que los autos negros están primeros en las listas de accidentes de tránsito.
Los automotores que registran un menor número de siniestro son los plateados y blancos, según investigaciones de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda. De 100 vehículos analizados 13 eran de color plata.
El mismo análisis constató estos porcentajes de accidentalidad:
• Negro: 67 %
• Verde: 60 %
• Blanco: 33 %
• Azul: 30 %
• Amarillo: 27 %
• Rojo: 23 %

Estas cifras demuestran, que contrariamente a lo que se cree lo automotores de color rojos no son los que se encuentran más ligados a los accidentes e incidentes de tránsito.
De igual forma, los autos de colores oscuros reflejan menos del 30 % de la luz recibida y tienen el 20 % más de coques durante las lluvias o en medio de la neblina, según Cesvi Colombia. Por el contrario, los autos de colores brillantes son más vistosos, ya que la luz es más reflejada.
Y no nos vamos a cansar de decir que el conducir de una manera responsable es uno de los mejores tips para no encontrarse dentro de las estadísticas, independientemente del color de auto que se maneje.
Por otro lado el campo visual apto que vamos a denominar “campo atencional”, y es la magnitud del campo controlado por la mirada al estimular el campo central y el periférico con dos estímulos.
Ahora los invito a imaginar que vamos circulando a 30 km/hora la atención visual se centra sobre los 150 metros; y si lo hacemos a 100 km/hora se centra sobre los 570 metros.
Ahora bien las distintas investigaciones han demostrado que los conductores con una reducción mayor del 40 % del “campo atencional” tienen un riesgo relativo de accidentalidad seis veces superior a los conductores que lo tienen dentro de los límites normales.
A tal efecto cabe recordar que la ceguera atencional, que denominan los psicólogos, afectadas por los dispositivos móviles, sírvase entender por qué cada vez más son mayores los siniestros o incidentes viales en solitario.
¿Cómo percibimos los colores?
En condiciones normales la facultad de percibir el color en un ojo normal disminuye considerablemente con niveles de iluminación bajos. La ceguera total de los colores o acromatopsia es muy rara, sólo distingue cambios entre negro y blanco (gama de grises).
Las alteraciones del sentido cromático de nacimiento o discromatopsias congénitas afectan a casi un 8 % de los varones; al ser un defecto hereditario recesivo ligado al sexo, las mujeres dicrómatas son muy pocas.
La dicromasia o visión de dos grupos de colores es la más frecuente. Un grupo de amarillo pardo y azul. Otro grupo de rojo y verde.
La falta de percepción de los colores se denomina daltonismo, distinguiéndose entre protanopía o deficiencia absoluta de visión del rojo, deuteranopía o deficiencia absoluta de visión del verde y tritanopía o deficiencia absoluta de visión del azul, muy raro.
El daltonismo puro es raro siendo más frecuente la protanopía. Estos conductores no perciben bien las luces traseras y de freno.
Son más frecuentes la deuteranomalia o debilidad para percibir el verde, o la protanomalia o debilidad para percibir el rojo.
En Europa, la proporción de daltónicos varones no supera el 8 % y el 2 % en las mujeres, y la mayoría ignoran su incapacidad para distinguir bien los colores, que se manifiesta principalmente en el crepúsculo o la niebla.
El daltónico parcial no distingue los colores, pero aprecia diferencias luminosas entre ellos, lo que les permite distinguir las señales siempre que haya suficiente iluminación.
El conductor sabe que en los semáforos el rojo está arriba y el verde abajo, pero cuando los colores aparecen fuera de contexto, es cuando se puede confundir y cometer errores. Puede empeorar la situación con el uso de gafas de sol con cristales de color inadecuado.
Existen discromatopsias adquiridas en neuropatías ópticas y en situaciones transitorias por el efecto de diversos fármacos como el ácido acetilsalicílico, los preparados digitálicos, los diuréticos tiacídicos, el etambutol, la fenacetina, algunos antibióticos, tóxicos y drogas como el cannabis.
El ruido y las vibraciones prolongadas pueden alterar la sensibilidad cromática.
Los colores de los vehículos que mejor se ven son los blancos, ocres y marfil claro (68-88 % de percepción). Los grises, pardos y verdes se ven peor (19-28 % de percepción). Los que más cuesta ver son los rojos, los negros y los verdes y azules oscuros (4-10 % de percepción).
De noche, las señales reflectantes rojas son las que mejor alertan de la presencia de obstáculos.
A modo de conclusión sugerimos:
Realizar una relectura de la realidad y en el aprendizaje de nuevas estrategias de compensación en conductores con una reducción del citado “campo atencional”, muy frecuente en personas mayores que además no son conscientes de su pérdida de visión. Es decir, si notamos que de noche no vemos lo suficiente, no conducir sería lo aconsejable.
Los profesionales que interactúan con las instituciones que habilitan la licencia de conducir deben ejercer un papel primordial en la prevención de la siniestralidad en las personas con trastornos visuales. La exploración del sentido cromático es muy importante, por lo que el conductor debe conocer su efecto, para que tome sus precauciones, especialmente en casos de niebla, lluvia y falta de luz. Y así como el grupo sanguíneo figura en el carnet, debería figurar las anomalías citadas.
Existen algunos medicamentos que pueden producir dicromatopsia, por lo que es importante conducir con luz y con buenas condiciones climatológicas. A tal efecto querido lector le dejo la tarea de consultar a vuestro médico, si toma alguna medicación regularmente.
Cuando compremos un vehículo es preferible que escojamos el color blanco, gris plata, ocre y marfil claro, por la seguridad de ser mejor vistos por la noche.
Invitamos a los conductores con alteración en la percepción de los colores el uso de gafas de sol con los cristales del color adecuado a su caso. Abstenerse de usar cualquier gafa de sol y siempre consultar con el especialista.
El conductor con alteración del sentido cromático debe conducir con luz, evitando la conducción nocturna. Si tiene que viajar de noche es recomendable que “No” lo haga en el asiento del acompañante por su seguridad y la de los demás.
Asimismo en nuestra autoescuela Clases de Manejo “San José” –clic acá para seguirnos en Facebook– contamos con el apoyo pedagógico y creamos nuevas estrategias de compensación en conductores con reducción del campo de atención visual, muy frecuente en personas de edad avanzada que han perdido facultades progresivamente y no son conscientes de ello.
En caso de escasa visibilidad por mal clima, los colores brillantes son tres veces más visibles que los oscuros, que en cualquiera de sus tonalidades aumentan en un 20 % el riesgo de colisión.
Al contrario que el blanco, el negro absorbe mayor cantidad de rayos de sol, lo que lo convierte en el menos visible de todos los colores. Sin embargo, ambos informes determinan que el más riesgoso de todos es el marrón con un 70 % de posibilidades de verse involucrado en un incidente, seguido de los colores negros y verdes con un 67 % y 60 %, respectivamente
Y digan lo que digan los estudios, lo que más influye a la hora de conducir en ca
rretera es la persona que está detrás del volante. ¡La seguridad depende primero de nosotros los conductores! ¿Estás de acuerdo?