La Corte avaló el mecanismo para removerlos a través de los Concejos y mete presión a los que están en minoría.
Los intendentes bonaerenses buscan que sus mandatos queden reforzados a través de una victoria en las elecciones legislativas. Sin embargo, no sólo su imagen está en juego: saben que es clave preservar el control en los Concejos Deliberantes.
Ante esta situación, este martes se dio a conocer un fallo de la Corte Suprema de Justicia que preocupa a los jefes comunales a días de las PASO. Es que el máximo tribunal rechazó un recurso contra el mecanismo que establece la forma de remoción de sus cargos. Es decir, dio vía libre a que puedan ser destituidos en los Concejos Deliberantes.
Con las firmas de Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco y Juan Carlos Maqueda, el fallo de la Corte ratificó tácitamente la destitución en 2012 del ex intendente de Pinamar, Blas Altieri, al declarar «inadmisible» un recurso que había planteado el ex jefe comunal.
El intendente fue destituido por el Concejo Deliberante pinamarense a raíz de una serie de supuestas irregularidades con el otorgamiento de viviendas sociales. Antes fue interpelado por los concejales, acusado de 31 cargos de mal desempeño de la función pública.
El fallo de la Corte Suprema rechazó los argumentos del ex intendente de Pinamar, Blas Altieri, contra el proceso de su destitución que realizó el Concejo Deliberante, en una confirmación tácita del mecanismo.
Altieri acudió a la Suprema Corte bonaerense denunciando que el Concejo Deliberante actuó en forma «arbitraria» al momento de determinar los hechos y también con la «irrazonable» sanción en su contra.
El ex intendente opinó que el sistema de remoción a través del Concejo «afecta las garantías del debido proceso, independencia e imparcialidad». Pero el máximo tribunal bonaerense declaró en junio del año pasado que la cuestión había devenido en «abstracta», pues ya había pasado el período 2011-2015 por el que reclamaba Altieri regresar a ejercer su mandato de intendente. Entonces Altieri presentó un recurso de «queja» ante la Corte Suprema nacional, que lo rechazó, dejando firme la sentencia anterior.
El caso de Pinamar generó revuelo porque hubo cinco intendentes en seis meses y también porque funciona como un antecedente que miran con preocupación los intendentes que están en minoría, un caso que se da en varios los distritos del Conurbano con climas más caldeados, porque esta elección puede variar la composición en sus Concejos Deliberantes.
Pero también en ciudades muy importantes como Mar del Plata, donde ya se habla abiertamente de la posibilidad de desplazar al intendente, Carlos Arroyo, que protagoniza una de las peores gestiones de la provincia, con una deuda sideral y el diálogo roto con la gobernadora María Eugenia Vidal, que es de su misma fuerza.
Vidal no le permitió a Arroyo meter candidatos en la lista de concejales que encabeza la radical Vilma Baragiola, el intendente apenas logró colar uno en el sexto lugar y en Mar del Plata ya hacen cuentas por si hay que tratar su desplazamiento.
Un mecanismo complejo
De todas maneras, lograr la remoción no es fácil. Es que en los distritos de 24 concejales necesitan primero un piso para tratar el proyecto y después los votos para aprobar la destitución. En un panorama de elección dividida en tercios en el Conurbano -con las cabezas de Sergio Massa, Esteban Bullrich y Cristina Kirchner- los intendentes necesitarán reforzar sus alianzas para gobernar, algunas de las cuales se fueron erosionando.
Un caso resonante se dio el año pasado en Lanús, cuando quisieron interpelar al intendente Néstor Grindetti y no juntaron los votos para lograrlo, pero hubo días de tensión en el Concejo. La oposición sí pudo llevar al recinto a su secretario de Seguridad, Diego Kravetz. El intendente macrista cree que hará una buena elección, pero se sabe presionado por el kirchnerismo local que insiste en ponerlo en el ojo de la tormenta, aunque las iniciativas se frenan porque no cuenta con el apoyo del massismo.
Los randazzistas Juan Zabaleta en Hurlingham y Gabriel Katopodis en San Martín son dos casos resonantes que apuestan al corte de boleta para no quedar en desventaja en sus Concejos, con Florencio Randazzo ubicado en cuarto lugar y lejos de los primeros, según la mayoría de las encuestas a días de las PASO.
En el kirchnerismo uno de los que más se juega es el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, que de 11 concejales renueva seis. Si bien dan por hecho que Unidad Ciudadana hará una buena elección en Lomas, fuentes de ese espacio admitieron que lo que preocupa es la variación en la oposición.
En rigor, la preocupación está en el cambio en la composición. «En Lomas, el FPV seguro podrá mantener la cantidad de concejales, pero la oposición va a ser casi toda de Cambiemos. Es que el macrismo tiene cinco concejales y renueva solo uno, por lo que puede llegar a ocho o nueve concejales. El massismo que ahora tiene cinco, seguro pasará a tener tres o cuatro», vaticinaron desde el kirchnerismo.
Esa situación se repite en otros municipios kirchneristas. En Unidad Ciudadana confían en que no se modificará tanto la composición propia -ya que defienden la elección de 2013 y las encuestas dan a Cristina un piso mayor al 27 % de ese año- pero sí tiene chances de variar la composición de la oposición de Cambiemos y del Frente Renovador, con ventaja para el macrismo.