El BCE comenzó el histórico programa de compra de deuda lanzado el lunes último, que contempla la compra de bonos por más de un billón de euros hasta septiembre de 2016, con el objetivo de reactivar la economía y evitar la deflación en la zona euro, y en los primeros tres días de la semana invirtió 9.800 millones de euros (10.400 millones de dólares), una sexta parte de los 60.000 millones de euros mensuales que el banco destina a la iniciativa.
La llamada flexibilización cuantitativa o quantitative easing (QE), anunciada en enero por el presidente del BCE, Mario Draghi, fue confirmada por Benoît Coeuré, miembro del directorio del banco, quien ratificó que el programa podría extenderse más allá de septiembre de 2016 «si es necesario», como ya había anticipado el propio Draghi.
El BCE ofrecerá un informe semanal sobre la marcha de la QE, y una vez por mes desglosará por países los montos invertidos en cada caso.