Creemos que vamos bien con la inflación», sostuvo el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, inmediatamente después de reconocer que en junio el registro de suba de precios oficial puede marcar un aumento del 1,5 por ciento, por encima del 1,3 por ciento de mayo. Según el Indec, el mes pasado, el acumulado anual trepó a un 24 por ciento, pero el funcionario continúa aferrado a la promesa de cerrar el año con un índice del 17 por ciento. El Banco Central también reconoció que la inflación de junio será «superior a la buscada», por lo que mantuvo la tasa de interés en 26,25 por ciento.
«Estamos consolidando un nivel más bajo del que traíamos, pero el proceso es lento y hay avances y retrocesos», justificó Dujovne la expectativa inflacionaria de junio. El funcionario solo se animó a bajar en un o dos decimales las expectativas privadas que señalan que en junio el índice de precios alcanzará el 1,6 por ciento, y prefirió resaltar que el Gobierno está «contento con el proceso de pasar del 2 al 1,5 por ciento. El objetivo ahora es acercarnos a 1 por ciento a fin de año».
El objetivo principal planteado por el equipo económico de Cambiemos fue una inflación anual del 17 por ciento, con la que el Gobierno intentó condicionar las negociaciones paritarias, que ya se ubican en un piso del 20 por ciento, el mismo que esta tarde el Ministerio de Trabajo buscó imponer en el Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil.
Los pronósticos de Dujovne, con inflación de 1 por ciento hacia fin de año, reconocen implícitamente que el BCRA no cumplirá la meta. El horizonte no parece favorable cuando en mayo el Indec ya reflejó un acumulado del 10,5 por ciento, mientras que la primera proyección anualizada —tras el apagón estadístico decretado en diciembre de 2015— arrojó una inflación del 24 por ciento en comparación con mayo de 2016.
«En junio tuvimos dos semanas muy buenas en términos de inflación, la segunda y la tercera, y la primera y la cuarta fueron un poco peores», describió Dujovne. El ministro habló antes de que el directorio del Banco Central se reuniera para definir una nueva tasa de política monetaria, luego de dos meses sin cambios en 26,25 por ciento.
Tras la reunión en el BCRA, no hubo cambios. El titular de la entidad monetaria, Federico Sturzenegger, mantuvo su política «antiinflacionaria» y decidió sostener la tasa de interés. «Las estimaciones y los indicadores de alta frecuencia de fuentes estatales y privadas monitoreados por BCRA sugieren que la inflación se ubica en junio en niveles similares a los observados en mayo, aunque superiores a los buscados por la autoridad monetaria para esta época del año», reconoció la entidad.
Más temprano, Dujovne había sostenido sus buenas perspectivas: «No tengo dudas que las tasas de interés van a ir bajando en los próximos meses. Obviamente como el Banco Central es independiente no sabemos a qué ritmo lo va a hacer». Las diferencias del equipo económico del Gobierno por las políticas respecto de la tasa de interés ya tuvieron a principio de año la primera víctima con la renuncia del exministro Alfonso Prat-Gay.
A pesar de las cifras de la economía, Dujovne insistió: «Vemos que la gente tiene una enorme expectativa sobre el futuro que antes no tenía. Hay un reconocimiento general de que la economía argentina está mejorando». En ese momento, el ministro fue sorprendido por el periodista Marcelo Longobardi que decidió retrucarlo: «A mí me parece que nadie piensa eso».
Ante la sorpresa del ministro de Cambiemos, Longobardi agregó: «En términos generales, consumidores, pymes, empresarios y comerciantes no están registrando que la economía va mejor».
«Bueno, realmente me extraña, Marcelo», confesó el ministro a su excolega del Grupo Clarín. «¿Vos pensás que la sociedad piensa que estaba mejor en 2015 que hoy?», volvió a la grieta y siguió con algunas cifras optimistas: «Vamos a tener este año un crecimiento de la inversión superior al 10 por ciento; en el primer trimestre, la economía creció 3 por ciento con respecto al primer trimestre de 2016».
«Lo que yo registro cada día no es parecido a eso. Con independencia de 2015 y de la herencia, el tono que tiene hoy la economía no es el más alentador», insistió el periodista.