El ministro de Finanzas, Luis Caputo, finalmente conoció en carne propia la falta de solidaridad histórica del macrismo con sus funcionarios y dirigentes políticos. Mimado durante el último año y medio por ser el que traía la plata con la que se financió el gradualismo, Caputo enfrenta ahora una compleja situación política y judicial por el sorpresivo bono a 100 años que colocó días atrás.
La operación mantiene una opacidad en cuanto a sus términos y sobre todo si existe una opción de recompra (call) del mismo que ya provocó una denuncia penal del diputado neuquino Darío Martínez, que quedó a cargo del juez federal Ariel Lijo e investiga el fiscal Juan Pedro Zoni.
Zoni es integrante de Justicia Legítima y responde directamente a la procuradora Alejandra Gisl Carbó, lo que garantiza la agresividad de la investigación sobre lo actuado por el ministro de Macri.
El economista Claudio Lozano, que supo martirizar a Macri con sus primeras colocaciones de deuda cuando era jefe de Gobierno porteño, ya anunció que también denunciará la operación.
Caputo está indignado porque nadie del Gobierno lo defendió ante los medios, ni en la política o la justicia. Sin embargo, la tradición en el macrismo es no respaldar a funcionarios complicados en causas de corrupción, aunque lo hayan hecho cumpliendo órdenes.
Esta situación puso en crisis a Caputo que se quejó en la intimidad de la falta de solidaridad del gobierno: «Me dejaron sólo, nadie me defendió», se quejó el ministro de Finanzas.
Sin embargo, la operación tiene aspectos muy opacos, que incluso despertaron la intriga de economistas afines al Gobierno. Por ejemplo, a varios días de concretada siguen sin publicarse sus términos en el Boletín Oficial y sobre todo no se difunde el prospecto que permitiría determinar si efectivamente tiene la opción de «call» o no la tiene. Sino la tiene, condenaría a la Argentina a pagar intereses altísimos durante un siglo, en una operación que acaso podría ser reprochada penalmente, como lo fue en su momento el megacanje.
Sobrevuela además en el mercado el nombre del polémico fondo Marathon Asset Management, especializado en hacer negocios financieros de alto margen aprovechándose de las urgencias fiscales de países de «frontera» como Argentina y Venezuela.
Este fondo fue el protagonista de una polémica colocación que hizo Axel Kiciloff durante el gobierno de Cristina Kirchner. Operación que hizo junto al Deutsche Bank, institución en la que Caputo ocupó importantes cargos a nivel local y regional.
Ante la escalada del escándalo y la acumulación de demandas penales, Caputo está indignado porque entiende que la operación es un excelente negocio financiero para la Argentina que logra tomar deuda a tasas mas bajas y no puede creer que ni Macri ni nadie de su equipo lo haya defendido ante los medios ni ante la política o la justicia.
Se trata de una sorpresa sólo explicable a su escaso rodaje político, ya que es tradición en el macrismo no defender a sus funcionarios ante casos de presunta corrupción, aún cuando hayan actuado cumpliendo órdenes. Algo que le podría haber anticipado su primo «Nicky» Caputo, empresario y mano derecha de Macri.