La empresa Unisol, que tiene a su cargo la confección de los productos Puma en Argentina, despidió a 160 trabajadores de sus plantas de Chilecito y Chamical, en La Rioja, afectadas por la avalancha de zapatillas importadas, que aumentó un 46 por ciento en comparación con el año pasado.
Según informó la prensa local, el representante de Puma en Argentina oficializó el anunció y la empresa comenzó a enviar los telegramas de despidos. La empresa ya había cerrado otra planta en marzo pasado, en Sanagasta, donde trabajaban cien empleados, y había suspendido a otros 70 trabajadores. La nueva reducción de personal confirma la crisis que atraviesa el sector.
Mientras el Ministro de Industria de la Rioja, Rubén Galleguillo, advirtió que a la provincia le llevó 30 años construir su Parque industrial, el titular del gremio del calzado, Raúl Carrizo, reclamó al Gobierno nacional cerrar las importaciones, «si no desaparecemos”. Galleguillo confirmó que la la empresa Unisol le había comunicado que pagaría las indemnizaciones correspondientes, pero agregó que «más allá del pago de las indemnizaciones, (el cierre de las dos plantas) es una noticia lamentable que pone de manifiesto la insensibilidad de la política del Gobierno nacional que está pensada solo para núcleos muy concentrados y no les interesa el interior”. Según el titular de la cartera de Industria provincial, la empresa anticipó que “las plantas no cerrarían» y que realizaba «esta reestructuración para no tomar la medida drástica de cerrarlas”.
La Unión de Trabajadores de la Industria del Calzado (UTICRA) advirtió, a su turno, que no solo aumentaron las importaciones de zapatillas (en el primer trimestre del año entraron al país 4.966.217 pares de zapatillas, 1.566.711 más que en el mismo período del año anterior, lo que representa un 46 por ciento de aumento), sino que también disminuyeron las compras en el exterior de partes de zapatillas para ensamblar, lo que puede impactar en una reducción aún mayor de la producción nacional.
El ex gobernador Luis Beder Herrera, por su parte, manifestó que la crisis laboral de su provincia le genera una «mezcla de impotencia y desesperación», ya que la empresa llegó a tener hasta mil empleados. «Estamos con mucha bronca», manifestó Herrera, quien pidió al ministro de Defensa de la Nación, el radical y coprovinciano Julio Martínez, que realice gestiones para evitar despidos masivos. «Que se ponga los pantalones y defienda a nuestra gente», le reclamó el actual diputado nacional.