Memoria reciente, Verdad histórica y Justicia electoral son los valores que, entre otros, estarán en juego en la provincia de San Luis, el próximo 13 de agosto, día de las PASO nacionales que servirán como símbolo de la vuelta de página que silenciosa y masivamente se viene imponiendo respecto del gobierno familiar.
Esa jornada que el propio feudo quiere ocultar, será el momento oportuno para que la mayoría de los sanluiseños demuestre que la memoria colectiva existe, aunque sus propios protagonistas quieran ocultarla por el paso de unos pocos otoños en que los patriarcas y sus nuevos súbditos, intentan probar que siempre fueron buenos y honestos.
La reciente mesa del Sierras Hotel de Las Chacras, con el estanciero de la sonrisa gardeliana como jefe y sus nóveles peones aplaudiéndolo, no pasará desapercibida para la mayor parte de los sanluiseños de bien.
Una cosa es conformar alianzas con fuerzas afines para cumplir objetivos generales y otra muy distinta, subordinarse a cambio de una banca legislativa, tirando al olvido toda una historia de lucha en la que el pueblo de la Ciudad de San Luis llevó a sus dirigentes a la cabeza para luchar, y ganarles, a quienes se sentían dueños de la suerte de los puntanos pretendiendo dividir la Capital en cuatro aldeas; destituir antes de Navidad al intendente de la época o dominar mediante una Intendencia paralela.
Cuando esos dirigentes pierden la razón, las mayorías populares se encargan de que la recuperen, mediante el castigo electoral en el momento oportuno. Ahora, será con la cabeza de los dirigentes.
Verdad histórica que no es más que aquello que realmente ocurre y ocurrió en San Luis en los últimos tiempos. Desde el poder instalan el paradigma de la invencibilidad y no es cierto. Ya perdieron. No sólo han perdido elecciones, como las legislativas de 1985, sino que fundamentalmente han perdido credibilidad. Cada día, o cada elección, les cuesta más caro imponerse, con el detalle que las últimas elecciones de 2015 también las perdieron: Claudio Poggi obtuvo 50 mil votos más que Adolfo Rodríguez Saá, aun compartiendo la misma boleta electoral.
De modo que con un poco de memoria y mucho de verdad, el próximo 13 de agosto podrá lograrse la justicia electoral que devuelva a la provincia de San Luis, la legitimidad del poder que en términos de su ejercicio sabiamente enseñaba Norberto Bobbio en su opúsculo “Estado, Gobierno y Sociedad”, pues de no haber justicia en cuanto a reconocer a cada uno lo suyo, como siempre en la historia, se podría forzar a que la ciudadanía extreme sus recaudos.
Cuidado, porque el mismo Bobbio enseña que “donde termina la obligación de obedecer, comienza el derecho a resistir” y ello no es lo deseable, aun cuando la propia Constitución argentina también lo establezca.
Para evitar despropósitos, sería virtuoso que desde el poder provincial comiencen a reconocer que, aunque todavía ellos no lo acepten, la mayoría de San Luis el 13 de agosto actuará con Memoria, Verdad y Justicia.