Desde que se reveló el pasado viernes que la carne vacuna y aviar brasilera se encontraba adulterada y estaba siendo exportada, varios países de América Latina y el Caribe han suspendido temporalmente las importaciones de los productos cárnicos.
La carne brasileña con un sello de calidad internacional era exportada a 150 países y ahora se encuentra bajo sospecha. De la carne producida en Brasil, el 80 por ciento es consumida por el mercado interno, el resto se vende afuera.
La Policía Federal de Brasil reveló un esquema de adulteración de carne vacuna y aviar, así como una extensa red de sobornos que permitía que los productos en mal estado se vendieran en el mercado local y exterior.
Ese «resto», sin embargo, convierte al gigante suramericano en el mayor exportador mundial de carne bovina (5.500 millones de dólares anuales) y de pollo (6.500 millones de dólares anuales).
América Latina solo representa el 9 por ciento de las ventas de carnes al exterior, según datos oficiales. Cuba es uno de los destinos principales de las exportaciones de carne brasileña, pero no ha realizado ningún pronunciamiento al respecto.
El año pasado Brasil exportó a Venezuela unos 130 millones de dólares en carne de res y la misma cantidad en aves de corral. Según el Ministerio de Agricultura brasileño, en los últimos 60 días uno de los frigoríficos investigados por el operativo «Carne Débil» exportó pollo a Venezuela.
Por el momento no se han registrado casos de problemas sanitarios en el país con la carne brasileña y el Gobierno venezolano no ha anunciado medidas para la importación de este alimento.
Chile es el principal destino en América Latina, con el 39 por ciento de las exportaciones con unos 300 millones de dólares.
Sin embargo, Chile y México figuran entre los países de América Latina y el Caribe que, en los últimos 60 días, compraron productos a las empresas cárnicas brasileñas investigadas, además suspendieron temporalmente la importación de carnes desde Brasil.
México compra «productos avícolas como carne refrigerada, congelada y deshidratada de pollo y pavo, huevo fértil, aves canoras, de ornato y rapaces», informó en un comunicado la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) del país norteamericano. La Sagarpa dijo que la restricción de estos productos avícolas es una medida de precaución.
El ministro de Agricultura de Chile, Carlos Furche, dijo que se canceló temporalmente la importación de carne bovina brasileña hasta tener la lista completa de los productos ingresados.
Asimismo, en Argentina y Uruguay se anunció un aumento en los controles sanitarios de los productos cárnicos importados de Brasil, alejándose de las medidas más drásticas tomadas por otros países de la región.
Susana Malcorra, canciller de Argentina y su homólogo uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, coincidieron este martes en que la situación era «inoportuna».
En cuanto a las posibles oportunidades que podría generar esta crisis brasileña, el ministro de Ganadería de Uruguay, Tabaré Aguerre, dijo que el país «hoy no cuenta con capacidad ociosa» para sustituir a Brasil en el mercado de carnes.
Desde Argentina, Miguel Gorelik, director del sitio especializado en la industria cárnica valorcarne.com, dijo al diario local La Nación que el país no exporta más por «falta de materia prima».