La seguridad vial dentro de un estado excepción, que ya lo he explicado en columnas anteriores. En esencia vislumbra un Estado que permanentemente nos vigila para castigar. Con un conciencia recaudatoria y no con un pensamiento preventivo. Ahora bien, centremos no en el Estado. Este Estado voraz, hambriento y deficitario. ¿Por qué no nos permiten ver las cuentas? ¿En qué se usa el dinero de los contribuyentes? Surgidos de esos castigos que caen en insulsas obras… Obras que teóricamente son para el bienestar pero se convierte en una lectura premonitoria de las obras de Omero, La Odisea…
Coincido con el pensamiento de Nietzsche, pero antes de entrar en detalle vamos a contextualizar a este gran filósofo moderno, este era poeta y su principal formación académica fue literaria y no filosófica. A pesar de ser el más grande pensador moderno en la Alemania se codeó con la alcurnia de la época, pero terminó siendo un marginal.
Desde que Nietzsche dejó de escribir, se suscitaron dos guerras mundiales, la humanidad pasó de mil millones de habitantes a siete mil quinientos millones, la ciencia se vio conmovida por la teoría de la relatividad y la física cuántica. El hombre pisó y caminó la luna. René Favaloro donó a la humanidad el Bypass aortocoronario… Y sus ideas siguen prevaleciendo en el mundo moderno…
Su pensamiento desarma los 25 siglos anteriores de filosofía occidental. Desde Platón hasta Kant son criticados radicalmente por Nietzsche; aunque muchas de las ideas de los principales filósofos de la historia, que fueron consideradas secundarias en su momento, logran una nueva luz tras la lectura nietzscheana. Destruye, en primer lugar, la idea de verdad. La que asocia con la idea de bondad moral, que es la punta de lanza de los apasionados por la voluntad de poder, la de los que se escudan tras el lema «Yo Soy La Verdad». La moral, según Nietzsche, sólo es una forma de dominación.
Nietzsche pregunta: ¿Qué es la verdad? Y responde: «Es un conjunto de metáforas, metonimias, antropomorfismos; en resumidas cuentas, la verdad es una suma de relaciones humanas que han sido realzadas, extrapoladas y adornadas poética y retóricamente y que, después de un uso prolongado, la sociedad considera firmes, canónicas y vinculantes; las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que son ilusiones; metáforas que se han vuelto gastadas y sin fuerza sensible, monedas que han perdido su troquelado y que no son ahora ya consideradas como monedas, sino como mero metal».
Si la verdad (ya sea científica, religiosa, moral o política) es una mera metáfora e ilusión, todo lo que pensamos es ficción y no tenemos por qué aceptar a ningún dueño de la verdad. Las ideas de Nietzsche no sólo son poéticas, sino que nos liberan de someternos al poder (es decir, a la persona o al grupo que basa su «prestigio» -su poder- en la verdad y en la moral).
Sin ficción no hay conocimiento de la realidad, dice Nietzsche, porque la realidad es una ficción: el sueño primigenio de la especie. Mientras la verdad nos somete, la ficción nos libera.
Y es la ficción la que no permite circular por autopistas inseguras, pagar multas que nos labran los más de 950 radares truchos que hay a lo largo y lo ancho del país y lo que es peor que pagamos la ficción, peajes que lejos de ser injustos, deben ser sumado al presupuesto en el caso de que debiéramos emprender un viaje por nuestra querida Provincia y en todo el territorio de la República Argentina.
La verdad ha de ser un resultado de la intuición de lo real, de la captación directa de la realidad. Por ello, no podrá ser una verdad inmutable, y ni siquiera única, pues el mismo cambio de lo real no está exento de contradicciones.
En la medida en que la expresión de la verdad se realiza mediante el lenguaje éste se convierte en algo fundamental a la hora de hablar de la verdad. Nietzsche verá en el lenguaje una supeditación a los conceptos que hacen de él un instrumento poco útil para reflejar la verdad de lo real, por lo que la construcción de un nuevo lenguaje será una de sus tareas prioritarias, buscando en la metáfora, en la alusión, en la ironía, elementos útiles para forzar el nuevo sentido de las palabras.
Frente al lenguaje de la razón, del concepto, propondrá el lenguaje de la imaginación, basado en la metáfora. Mientras que el lenguaje conceptual pretende ser un fiel reflejo de la realidad (quedando petrificada en él) el lenguaje metafórico respeta la pluriformidad y el movimiento de la realidad. El lenguaje conceptual es el de la lógica dogmática. El metafórico es el lenguaje del arte, de la vida, de la equivocidad, de la ambivalencia, de la belleza y, en definitiva, expresión de la libertad de la voluntad.
Todo ello conlleva un nuevo modo de entender el hombre, una nueva antropología. El hombre actual debe ser sustituido por el «superhombre», un hombre que haga de la afirmación de nuevos valores el eje de su vida. Lo único valioso que hay en el hombre actual es su carácter de «puente» hacia el superhombre. El tema del superhombre guarda una relación estricta con el de la muerte de Dios: el superhombre aparece cuando Dios es definitivamente expulsado del espacio que hasta entonces había usurpado, cubriendo el superhombre el vacío dejado por Dios. El hombre crea al superhombre al matar a Dios.
Mientras que el hombre actual es un ser domesticado, el superhombre es un ser libre, superior, autónomo; un animal que posee sus propios instintos, los comprende y los desarrolla en la voluntad de poder.
Este hombre nuevo sólo será posible con una nueva moral que surgirá de la transmutación generalizada de todos los valores vigentes. Las nociones morales de «Bien» y «Mal» como puntos de referencia objetivos y opuestos quedan desbordados por la nueva realidad. Los viejos valores racionales y suprasensibles son sustituidos por valores vitales y sensibles. El superhombre no contempla la desigualdad, la jerarquía, el cambio, el experimento y el riesgo frente a la igualdad, la seguridad, que serían valores propios de la moral del «rebaño», una moral de esclavos.
En conclusión esta podría ser una de las posibles hipótesis de la causa de los accidentes viales, el hombre debe sufrir ese cambio a “súper hombre” para aplicar una nueva moral transformadora.
Y por último hacemos una analogía sensible que ya lo hemos visto pero viene muy bien analizar nuevamente, Un padre autoriza a su hija a pasear en el vehículo de su mejor amiga y le prohíben ir a la casa de su prima por que el padre manipula armas de fuego. Mientras tanto el padre no sabe que el riesgo de morir por el disparo de un arma es sensible menor al de morir en un accidente automovilístico. Por lo tanto paradójicamente, está mayor tiempo debido al lenguaje de la razón, del concepto, propondrá el lenguaje de la imaginación, basado en la metáfora…