La crisis política en Brasil ha ensombrecido el panorama de celebración de los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016.
Bajo la consigna «Fuera Temer», los brasileños salieron a las calles de diferentes ciudades del país y del mudo para expresar su rechazo hacia las políticas del Gobierno interino de Michel Temer.
Bajo la convocatoria del Frente Pueblo Sin Miedo y Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (Mtst), los ciudadanos de manifiestan para defender los derechos sociales y la democracia.
La protesta ocurre cuando faltan solo cinco días para el inicio de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, momento en el que la prensa internacional tiene los ojos puestos sobre la nación suramericana que desde hace varios meses es el foco de inacabables manifestaciones contra el golpe parlamentario que sufrió la mandataria Dilma Rousseff.
Acusado de golpista y de montar un “Gobierno ilégitimo”, luego de armar toda una tramoya que dio inicio a un proceso judicial que apartó a la mandataria constitucional Dilma Rousseff de sus funciones el pasado 12 de mayo; Temer en tan solo dos meses y medio en el poder ha dejado claro que sus políticas en el plano económico están marcadas por las privatizaciones y los recortes.
En este contexto, el presidente interino se ha limitado a pedir a los manifestantes de este domingo que “sean civilizados” y que “dejen a los senadores pensar qué voto es el más conveniente”. Sus palabras fueron emitidas luego de que este sábado finalmente se diera a conocer que la decisión final sobre el juicio político a Rousseff se iniciará el 29 de agosto y tendrá una duración de alrededor de una semana.
Panorama sombrío para los JJOO 2016
Esta crisis política ha provocado que la imagen de los Juegos Olímpicos 2016 esté todavía más ensombrecida.
A poco para la apertura de los juegos, la Policía de Brasil ha detenido a 13 adultos y a un menor de 17 años por tener vínculos con simpatizantes del autodenominado Estado Islámico (Daesh en árabe), quienes según pretenden realizar un atentando terrorista durante la jornada deportiva.
A esto se le agrega el estigma de que la ceremonia inaugural en el estadio de Maracaná, el próximo 5 de agosto, será una de las que tenga menor número de jefes de Estado. De los 206 países que participan en los Juegos, solo 45 delegaciones han confirmado la presencia de sus primeros ministros. Las restantes asistirán con sus ministros de Deportes o de Exteriores. En Londres 2012, asistieron 95, mientras que en Pequín 2008, lo hicieron 86.
Las ausencias también se sentirán en el plano nacional porque ni el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, ni la mandataria apartada Dilma Rousseff asistirán a la inauguración. Michel Temer, por su parte, se limitará a decir una frase durante la apertura: “Declaro abiertos los Juegos de Río, celebrando la 31 Olimpiada de la era moderna”.
Juicio político podría terminar en septiembre
De acuerdo con el presidente de la Corte Suprema, la resolución del juicio se daría en septiembre, si no hay retrasos eventuales.
La votación final sobre el juicio político contra la presidenta de Brasil suspendida temporalmente, Dilma Rousseff, podría darse en septiembre, según el cronograma publicado este sábado por la Corte Suprema de este país.
Será el lunes 29 de agosto cuando el Senado brasileño comience el juicio, que podría extenderse una semana, precisó el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski.
Añadió que podrían haber “eventuales dilaciones temporales” del juicio que determinará si la mandataria es apartada definitivamente de su cargo o no.
De haber retraso se dificultarían los planes del presidente interino Michel Temer, que espera la resolución del juicio para saber si acudirá o no a la cumbre del G20.
«Estamos esperando que la resolución del impeachment se dé entre el 25 y el 26 de agosto, porque si se verifica el 4, el 5, o el 6 de septiembre, Brasil no podrá estar en la cumbre del G20 (en China). El mundo necesita saber quién es el presidente» de Brasil, dijo Temer el viernes.
En contexto
El cronista mexicano Darío Pignotti ha señalado que esta es la crisis política “más grave desde el fin de la dictadura militar en 1985” que enfrenta Brasil. En toda la nación, en especial en Río (a propósito de los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016) “se respira un aire político contaminado”.
Con un presidente interino en ejercicio, Michel Temer, quien es rechazado por el 87 por ciento de los brasileños, según una encuesta publicada en junio, por un lado, las favelas están alertas, listas para luchar cuando haga falta, y por el otro, la policía y decenas de miles de efectivos militares están convocados a impedir cualquier revuelta popular.
Algunos ministros advierten que habrá mano dura contra los inconformes, a quienes compara con guerrilleros urbanos. Con esta estrategia pretenden amilanar a los activistas del PT y de los campesinos sin tierra, quienes ha convocado movilizaciones en defensa de la democracia.